jueves, 12 de octubre de 2017

Barranco del Gorgol o Betato (Tramacastilla, Huesca)

Un pequeño juguete en el mundo de los barrancos del pirineo, totalmente recomendable para niños, en época de estiaje y con caudal bajo. Han pasado muchísimos años desde la última vez que hicimos este barranco y, aunque de su interior recuerdo todas y cada una de sus dificultades, la aproximación se ha borrado por completo de mi cada vez más vieja masa cerebral. Como siempre, en la planificación, en este caso especialmente centrada en la aproximación, hacemos uso de la página mantenida por nuestro compañero y amigo Morta, topocanyons.

La aproximación supone un total de 2,9 kms. En coche se pueden evitar 1,9 kms. iniciales. Estamos en un descenso muy pequeñito, de poco más de 1 hora. Progresad con calma para que no termine demasiado pronto, disfrutando y repitiendo los saltos que nos encontremos. Tal vez es el único aspecto negativo, demasiado corto, aunque a nivel estético, es una maravilla, una pequeña pero auténtica joya.

Respecto al material necesario, 2 cuerdas de 20 metros + cuerda de "backup". Neopreno obligatorio todo el año. Descenso a un único vehículo.

Como en esta ocasión nos desplazamos en autocaravana, no creemos oportuno el meternos por caminos, por lo que la aproximación la iniciaremos en la misma localidad de Tramacastilla de Tena. A la entrada de dicha localidad, al encontrar las primeras casas, un camino a izquierda nos lleva a una explanada, observando un gran aparcamiento en la parte superior. En esta zona dejaremos nuestro vehículo. Desde este punto iniciamos aproximación que nos llevará, en 1,9 kms., a lo que sería el inicio de la aproximación clásica al barranco. En dicha zona, a la que se accede por camino, se podrían aparcar coches, evitando estos kilómetros. Se adjunta fichero kmz para google-earth-maps con la ruta de Tramacastilla al inicio de la aproximación clásica.

En la siguiente fotografía en la parte alta del aparcamiento de Tramacastilla, ascendiendo por unas escaleras hacia el centro urbano.


Avanzamos por la carretera principal del pueblo para, pasada una fuente, coger desvío por carretera a izquierda. Seguiremos por la misma, hacia la salida del pueblo, entre casas (siguiente fotografía).


Abandonamos la localidad por camino ancho, apto para coches, con unas impresionantes vistas de las montañas pirenaicas al fondo. El camino discurre en todo momento sin pendientes, únicamente ligeras bajadas y subidas casi inapreciables.


Hasta llegar al cauce de nuestro barranco, el Gorgol, que atravesamos por un puente, aunque antes nos paramos a disfrutar de la visión de la cortada de salida del descenso, punto final del mismo (siguiente fotografía).


En la zona algunos bañistas disfrutan de las pozas.


Seguiremos durante poco más de 50 metros por el camino principal hasta localizar un sendero bien marcado a nuestra derecha, ascendente, señalizado Betato. Cogeremos dicho sendero (siguiente fotografía).


En este punto-cruce, en el que se pueden aparcar coches, se iniciaría la aproximación clásica, en una zona de robledal. Se incluye el correspondiente fichero kmz para google-earth-maps, que nos llevará al inicio del descenso. Iniciamos la aproximación clásica, que no llega al kilómetro. La primera mitad ascendiendo, entre robles, por sendero bien marcado (siguiente fotografía).



Los dos desvíos que cogeremos serán a derecha. Por lo tanto, en caso de duda, a la derecha.


A mitad de aproximación, más o menos a los 500 metros, en un nuevo desvío a derecha, iniciamos el descenso hacia el cauce (siguientes fotografías).




Al llegar al cauce lo seguimos, obviamente río abajo, durante unos pocos metros, hasta un estrechamiento que claramente apunta a que es el punto para ponernos los neoprenos y el material de vertical. Desde esta zona se vislumbra una pared al fondo del estrecho, espectacular, como antesala de lo que nos espera en el barranco. Una auténtica pasada de colores. La primera dificultad es un destrepe que hacemos por el margen izquierdo, con cuidado. Obviamente, en caso de caudal excesivo, nunca adentraros en este, o cualquier otro descenso, con niños.



Desde las cabecera del destrepe disfrutamos de los tonos rojizos y de las formas del Gorgol.


La cámara de fotos no para de hacer "click". Desde la parte superior de la pared se precipita agua.



Nos introducimos en un estrecho pasillo, siempre en agua.




Y no desaprovechamos ningún salto, aunque sea de pequeñas dimensiones, que nos sale al paso.



Todo lo que parece saltable se hace.


Y también algún pequeño tobogán.


Más o menos, a mitad de este pequeño descenso, nos encontramos otra de sus maravillas de color, una pared con unas formas y tonos rojizos espectaculares. Realmente una maravilla. Nuevamente la cámara de fotos coge carrerilla.



Para de seguido continuar desgastando las culeras de nuestro neoprenos por todo lo que se parece a un tobogán.



Un rápel de 9 metros, ramposo, en agua, y equipado en el margen derecho, nos obliga a sacar las cuerdas.



Aprenden a moverse en cuerda con el agua golpeándoles. Una dificultad muy didáctica para ellos. Una vez bajan ellos, se trepa por el margen izquierdo y se sigue un pasamanos, hasta un punto sobre la vertical de la poza de recepción, para hacer esta dificultad como salto. No se recomienda que los pequeños progresen por dicho pasamanos para hacer dicho salto.


En la poza de recepción los pequeños buscan distintos puntos de salto (siguiente fotografía con la C9 al fondo).


Un grupo aparece en la cabecera de la C9. Es verano y este barranco está muy frecuentado por empresas. Nosotros esperamos un poco a que otro grupo descienda la última dificultad, una C15 que progresa parcialmente en agua. Aunque existe la posibilidad de montar una C18 en el margen izquierdo, que iría totalmente fuera de agua, decidimos esperar a que quede libre la cabecera de la C15. No es mucho el caudal y siempre se agradece el progresar en agua.


Lentamente vamos quitando metros a la C15 (siguientes fotografías).




Tras la poza de recepción, nos encontramos en un pequeño tobogán.


Que nos deposita en la salida del descenso.


Aunque hay tiempo para repetir esta última pequeña dificultad, tanto en tobogán, como saltando.


Tras nosotros el otro grupo inicia el descenso, en su caso, desde la cabecera de la C18.


Unos pocos metros, tras pasar bajo el puente que atravesamos en la aproximación, buscamos un punto para comer algo.



Nosotros terminamos en este punto, el gorgol sigue su camino, en un cauce mucho más abierto.


Nos cambiamos y ascendemos en la zona del puente al camino. Es hora de desandar los 1,9 kms., hasta Tramacastilla y a nuestra casa con ruedas, aunque antes disfrutamos de las vistas de las montañas.


Y de un gigante pedrolo en la parte baja del Gorgol.


Realmente es grande. El agua todavía no ha podido con él.


Y con esto finalizamos un descenso muy estético y totalmente recomendable con niños.

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