miércoles, 13 de diciembre de 2017

Garganta Wutach (Boll, Bonndorf, Selva Negra, Alemania)

Si tuviese que quedarme con una ruta de las que hemos hecho en la Selva Negra, sin duda alguna sería esta. Una cinco estrellas totalmente recomendable. Ojo, este aspecto es realmente subjetivo, pero creo que es interesante el valorar las actividades para, en caso de tener que seleccionar, por falta de días, o por otras cuestiones, poder decidir atendiendo a varios criterios, entre ellos este.

El desplazarnos por la mañana desde la zona de la ruta del día anterior, la Vía Verde Furtwangen a Wolterdingen, y tener que hacer un gran rodeo por obras en cierto punto del recorrido, incluida comida y siesta en un lugar paradisiaco que nos encontramos por el camino (Schwärzenbach), hizo que llegásemos al punto de partida de esta ruta realmente tarde. El inicio de la misma se localidad en un pequeño aparcamiento a la entrada de Boll (Bonndorf). Con esto, vemos las horas que quedan para el anochecer y decidimos iniciar la ruta. Como referencia, al no ser circular, comenzaremos el retorno estimando el tiempo requerido para volver respecto al anochecer, dejando un margen de treinta minutos. La realidad es que al final forzamos y la vuelta se hizo muy rápida.

"El Wutach es un afluente del Rin en el sur de la Selva Negra en Baden-Wurtemberg. Nace en la hondonada alta Grüble, entre las cumbres del Felberg y Seebuck, al este de Fiburgo de Brisgovia, donde tiene el nombre de Seebach, atraviesa el lago Feldsee, entra en el lago Titisee y cuando lo deja cambia su nombre por Gutach. Después de la confluencia con el río Haslach recibe finalmente el nombre de Wutach. Finalmente desemboca en el Rin cerca de Waldshut-Tiengen" (fuente.: Wikipedia).

En esta zona hay dos recorridos posibles. El primero, circular, más corto, con inicio en un gran aparcamiento que se localiza unos kilómetros antes de llegar a la localidad de Boll-Bonndorf (se adjunto fichero kmz para google-earth maps de dicha ruta). El segundo, que es el que hemos hecho, recorrido línea bastante más largo (se adjunto fichero kmz para google earth-maps de la ruta). El motivo de seleccionar la segunda ruta se fundamenta en las fotografías que hemos visto de la misma. También observamos que en la primera ruta, posiblemente al ser más corta y accesible, hay muchos más coches en el aparcamiento y gente. Somos bichos de monte y preferimos rutas tranquilas. De hecho, al iniciar la ruta tan tarde, ha sido muy poca la gente que nos hemos encontrado, algo que es muy de agradecer en este tipo de entornos. De los 12 kms. de la ruta hacemos 7, antes de iniciar el retorno. Catorce kilómetros en un remate de tarde no está nada mal. Además, el punto en el que iniciamos el retorno coincide con un tramo largo de fuerte ascenso y que se separa del Wutach para, más adelante, volver al cauce.

En el pequeño aparcamiento de la localidad de Boll-Bonndorf, con prados y ganado a nuestro alrededor, preparamos el inicio de ruta (siguiente fotografía).


Desde el mismo aparcamiento nos dirigimos hacia unas instalaciones de tratamiento de aguas residuales. Esto es increíble, un pueblecito pequeño, que suelta sus aguas río abajo hacia el Wutach, con una perfecto tratamiento y recuperación del agua. Sigo pensando que nos queda mucho que aprender de esta gente-país. Cualquier núcleo urbano debería garantizar el correcto tratamiento de sus aguas antes de reincorporarlas al entorno. A la cabeza me vienen varios aportes-cañerías en algunas de nuestras rías. Algo así no es admisible en una sociedad desarrollada.

Por la parte inferior del aporte de la depuradora cogemos un camino que desciende lentamente en medio de un bonito bosque (siguientes fotografías).



En cierto punto el desnivel se hace más severo y perdemos cota rápidamente. El río se vislumbra próximo.


En la parte baja salimos a un camino, con un buen número de carteles informativos.


Seguimos el curso del río hasta una pradera. Unos operarios trabajan en la recuperación-restauración de una capilla.


Por sendero estrecho seguimos ruta, con todo tipo de vegetación, incluidas bastantes ortigas. El uso de pantalón largo puede ser aconsejable. Hasta este punto la ruta está bien pero no nos llama la atención.


De repente la fisionomía cambia. Aparecen en el entorno paredes de caliza. Como espeleólogos son estos paisajes, los esculpidos por la naturaleza en la caliza, los que más nos llaman la atención.


El Wutach ha escavado una bonita garganta en la zona.


Un puente nos ayuda a cruzar un arroyo-afluente del río.


Al otro lado nos espera una sorpresa, una espectacular cascada en toba cubierta de musgo. Bonita, muy bonita, me recuerda a otras muchas que he visto. En concreto, me trae recuerdos de algunas de cierto barranco de Andalucía.


El sendero presenta algún tramo con escalones y barandillas.


Con senderos bien formados y desbrozados entre la vegetación.


En otra zona observamos la boca de una cueva a poca altura. No traemos frontales, y sí algo de prisa, por lo que en esta ocasión decidimos dejarla atrás.


Son varios los arroyos que depositan sus aguas en el Wutach.


Los afloramiento calizos son la tónica.


En algunas ocasiones nos alejamos del río, por tramos de cierta pendiente, casi siempre protegidos por barandillas de metal y cable.


Desde la altura divisamos el cauce.


Avanzando por pasillos, a cierta altura.


Desde algunos balcones las estampas que nos proporciona el valle son únicas.


Casi siempre acompañados de altas paredes de caliza.


Hacemos paradas frecuentes para disfrutar de las vistas.



El bosque está perfectamente cuidado. Y después de un montón de días por Alsacia y la Selva Negra, todavía no hemos visto un metro cuadrado de monte quemado. Nos sigue quedando mucho que aprender. Bueno, y de eucaliptos ni el primero.



Una cruz en medio del camino anuncia algo. Me gustaría saber lo que pone, pero mi alemán es muy malo. Si alguien que conozca la zona y lo que representa esta cruz o pueda identificar el texto y se anima a informarnos, se lo agradeceríamos.


La ruta es un continuo balcón al valle. Grandes árboles aportan la nota de majestuosidad del entorno.


Es una pena no poder detenernos más. Hemos marcado una hora de retorno y queremos avanzar todo lo posible.


En otro punto nos volvemos a acercar al cauce.


Salvando pequeños arroyuelos por puentes de madera.



Casi la totalidad de la ruta está protegida por barandillas de cable.


Disfrutamos de una tarde soleada. El sendero discurre entre árboles, pero el sol ilumina las postales que nos brinda el valle.


Y así vamos recorriendo esta maravilla de ruta.




Hasta llegar al refugio de Schurhammerhütte, de madera. En esta zona nos encontramos un grupo de jóvenes alemanes preparando la cena y colocando sus sacos para pasar la noche. Aquí la gente acampa de forma libre, siempre respetando el entorno, y sin percibir que pueda aparecer ningún representante del orden público a meterte una multa. De hecho, hemos visto bastante gente haciendo acampada libre. Seguimos teniendo mucho que aprender. En la actualidad si en España sacas una tienda de campaña de forma libre, no pasarán más de tres minutos sin que algún representante del orden público se persone. Al respecto, debemos perseguir y castigar duramente las actuaciones que puedan dañar o perjudicar el entorno, pero no a la gente que disfruta libremente de la naturaleza, con total respeto y protección.



Aquí observamos un tipo de parrillas muy diferentes a las que utilizamos en Galicia. Montadas sobre tubos giratorios se puede sacar y meter la parilla en las brasas de forma cómoda y sencilla. Así como manipular los alimentos. Me imagino que aquí las usarán especialmente para las salchichas, aunque igualmente es una buena idea para el churrasco, chorizos, etc.


Nos sigue llamando la atención que esta gente planta hogueras en medio de parques naturales con total naturalidad. Eso si, perfectamente protegidas por piedras, etc. La verdad es que aquí no hay un metro cuadrado de bosque quemado. Luego, ¿cómo es posible que en nuestra tierra tengamos semejante barbarie de incendios?. La respuesta es clara. Seguimos teniendo mucho que aprender.


Dejamos la zona del refugio para continuar nuestro camino-sendero.


Nuevos tramos con paredes de caliza nos hacen forzar el paso. Pronto será momento de iniciar el retorno.


Las paredes cogen mayor altura. En ellas el río ha dibujado su historia a lo largo de miles de años.



Unas escaleras nos depositan a nivel del cauce.


Avanzamos próximos al agua.


En otro punto el Wutach ha excavado una curva en la caliza. Un artístico hito preside el río.


El equilibrio de las piedras define la arquitectura de algunos de nuestros antiguos puentes. Pronto veremos algún ejemplo.


Escaleras nos cambian de nivel en varios tramos.


Subidas que nos alejan del río y bajadas al cauce se suceden.



Todo está perfectamente cuidado.


Hasta nuestra llegada a un magnífico puente sobre el Wutach, es el nuevo Rümmele-Steg, una construcción de madera suspendida en dos torres a prueba de inundaciones. Unos metros aguas arriba se localiza lo que queda de otro maravilloso puente, el Wutachmühle. Karl Rümmele construyó en 1903-194 cuatro puentes idénticos sobre el Wutach con barras de hierro, cimientos a la derecha y estribo en la orilla izquierda y con anclaje en roca. El que observamos unos cuantos metros río abajo es el antiguo Rümmele-Steg, que es el único de los cuatro antiguos puentes que aún se conservan en su estado original.

En las siguientes fotografías el actual Rümmele-Steg.




Y en las siguientes el antiguo Rümmele-Steg.




Descendemos al cauce para observar el antiguo puente de cerca.


En esta zona decidimos regresar sobre nuestros pasos. Hemos hecho algo más de las 2/3 partes de la ruta. Nos hemos marcado una hora de retorno y es momento de iniciarlo. Observando la zona en google earth, vemos que en lugar de seguir la ruta marcada, existe una gran cantidad de magníficas fotografías siguiendo el curso del río. Es muy posible que exista un sendero siguiendo el cauce. En caso de continuar adelante claramente me decantaría por esta opción, no incluida en el track.


Con calma volvemos disfrutando de los puntos más estéticos de la zona.


En sol empieza a acercarse a la línea de las montañas.


Dejamos atrás el refugio.


Para entrar en un tramo de desarrollo horizontal.



Tal vez podamos ver una bonita puesta de sol.


Aunque a la velocidad que estamos haciendo el retorno, bien podíamos haber seguido con la ruta. Conocemos el camino y ahora las paradas son inexistentes.



Bueno, en algunos puntos muy concretos nos detenemos a disfrutar del paisaje.


La caliza siempre tan espectacular. Pocos escultores son capaces de crear semejantes formas.


El sol nos proporciona algunos contraluces.


Y la diversión de poder asomarnos a auténticas terrazas naturales nos obliga a detenernos.




En el último tramo otra piedra con inscripciones nos llama la atención, ¿qué pondrá?.


Las últimas cuatro líneas dicen algo así como.:

No sé a dónde ir
Estoy sorprendido
Ese soy yo
Estoy feliz

De regreso a Boll (Bonndorf) observamos la planta de tratamiento de agua del pueblo.


Y de inmediato al aparcamiento. Ha sido un día completo y todavía hay luz como para hacer ... (la circular pequeña del Wutach imposible). Por cierto, en la ruta que hemos hecho, al llegar al río desde Boll, se podría coger a la izquierda para enlazar con la ruta circular corta del Wutach. En nuestro caso decidimos no adentrarnos al encontrarnos unas cintas en medio del camino y un cartel que con ayuda de un traductor automático indicaba que no se podía pasar. Me imagino estarán arreglando esa zona de senderos para unir ambas rutas. En el caso de encontrarlo abierto puede ser otra buena opción en el retorno. En un día completo se pueden hacer ambas rutas perfectamente.


En resumen, visitar la Selva Negra y no hacer esta ruta sería imperdonable.

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