sábado, 29 de septiembre de 2018

Val Maggiore (Quantin, Belluno, Veneto, Italia)

Siempre pensé que el primer descenso de barrancos de la tropa pequeña fuera de España sería en Portugal, especialmente pensando que es tierra de nuestros compañeros del EC/DC Portugal o, en su defecto, en Francia. Pues no, resulta que será de Italia. Estamos ante el primer descenso que los pequeños barranquistas hacen fuera de la península. En esta zona nos estuvimos planteando hacer el Ciolesan, descenso conocido por nosotros de una visita de hace un buen montón de años, o el que nos trae a esta entrada, el Val Maggiore. Descartamos el Ciolesan por tener alguna zona algo expuesta en su aproximación. Además, no conocemos este descenso y también nos gusta, de vez en cuando, ver cosas nuevas con los pequeños. La verdad, después de la actividad, tenemos claro que el Ciolesan es más estético y de mayor entidad, aunque el Val Maggiore tampoco ha estado mal. Bueno, con un poco más de agua nos hubiese dado algo más de juego. Eso si, en carga o con caudal alto, nada recomendable, y mucho menos con niños.

Para la aproximación-retorno, la planificación se hizo con los "tracks" disponibles en topocanyons, utilizando las reseñas-croquis del propia Morta sobre este barranco. Aunque los pequeños todavía no te conocen en persona, hemos aprovechado tus reseñas del barranco para hablarles de ti, de topocanyons, y de todo lo que has hecho en y por este deporte.

Volviendo al Val Maggiore, estamos en un descenso a dos vehículos, aunque también se puede plantear a un único vehículo con retorno largo. Los "tracks" de topocanyons son los óptimos en el caso de que los dos vehículos sean coches. En nuestro caso, con una autocaravana, dicha carretera no es en absoluto adecuada para tal tamaño de vehículo. Tuvimos que variar totalmente la ruta de aproximación al aparcamiento de cabecera. Adjuntamos "tracks" y puntos de nuestro recorrido en fichero kmz disponible aquí. Sobre este "track" destacar.:

- La ruta en rojo refleja la aproximación desde la carretera principal SS51 en Lizzona, comuna de Ponte Nelle Alpi, provincia de Belluno (Veneto), en las proximidades del lago di Santa Croce. Supone un total de 8,5 kms por carretera apta para vehículos anchos tipo autocaravanas. El aparcamiento de cabecera, de gran tamaño, se localiza en la localidad de Quantin.
- Desde el punto de aparcamiento al inicio del descenso-cabecera únicamente nos separan 154 metros. Saldremos de la AC en modo neopreno.
- El descenso, en azul, supone un total de 2,5 kms. con 360 metros de desnivel. Se divide en dos tramos bien diferenciados delimitados por una carretera. El primer tramo incluyendo la C25 del segundo tramo supone 1,75 kms. con un desnivel de 220 metros.
- Retorno del primer tramo más la C25 del segundo caminando o si segundo coche al final del primer tramo, en naranja, supone un total de 2,7 kms. con un desnivel de 220 metros (ahora toca subir).
- Se ha dejado un punto, "túnel subida-retorno Maggiore completo", como referencia del desvío por túnel bajo vía férrea para hacer la aproximación en el caso de dos coches, al aparcamiento de cabecera, o hacer el retorno si se descienden los dos tramos del Val Maggiore.

En la segunda quincena de agosto nos encontramos el descenso con agua. Neopreno completo indispensable, 2 cuerdas de 30 metros, cuerda de "backup", junto a los habituales "kits" de barrancos. En cuento a tiempos, aproximación de 1 minuto desde aparcamiento de cabecera, descenso 4 a 5 horas, retorno, 40 minutos desde el final del tramo 1 en el caso de no disponer de segundo vehículo. Más bien contar con las 5 horas de descenso. Si se hace completo, los dos tramos, el retorno será inmediato si se dispone de segundo coche o unos 6 kms. caminando en caso de no tenerlo.

Descenso entretenido, sin llegar a tener un gran ambiente, pero recomendable. De menor entidad que otros como el Ciolesan. Reseñar que varias dificultades han sido invadidas por grandes troncos y maleza que dificultan la progresión, como nota negativa del descenso. En muchas zonas los saltos deben ser evaluados dado que pueden localizarse ramas y troncos bajo el agua.

Como previo al reportaje fotográfico, incluimos un video FULL-HD de los pequeños progresando en dos o tres dificultades del barranco.

En la siguiente fotografía en el aparcamiento de cabecera en Quantin. No se aprecian sus dimensiones pero hay espacio para una gran cantidad de vehículos. Podemos observar el barranco desde un puente al lado del aparcamiento para, entre otras cosas, ver el caudal en este punto. Al estar a 150 metros del inicio del barranco salimos equipados del mismo.


Nos dirigimos a la carretera de bajada al aparcamiento para coger, próximos al puente, un camino ligeramente descendente por el margen izquierdo del Río Maggiore. En la siguiente fotografía sí podemos percibir el tamaño del aparcamiento.


En la siguiente fotografía el inicio del camino de aproximación nada más salir del aparcamiento.


En poco más de 100 metros llegamos a un lavadero (siguientes fotografías).



Pasado en lavadero descendemos al río por su margen izquierdo, en una zona en la que se localiza una casa (siguiente fotografía).


Entramos en una zona de progresión horizontal hasta llegar al puente próximo al aparcamiento, sobre nuestras cabezas (siguiente fotografía).


Aunque estamos en el entorno de un pueblo, el cauce no se aprecia contaminado. Algunos restos pero poca cosa. En este primer tramo son variados los pequeños destrepes y algún mini-salto. En alguna dificultad empezamos a encontrar acumulaciones de ramas que no suponen problema alguno.


Todo sirve para toboganear, por pequeña que sea la dificultad.


Sobre nuestras cabezas, en unos pocos minutos, observamos el puente que se localiza al lado del aparcamiento de partida.


Para de inmediato entrar en una sucesión de dificultades, de pequeñas dimensiones, mayoritariamente para progresar en cuerda.


Haciendo saltos parciales en alguna de ellas.


Alguien ha perdido una rueda de su bicicleta. El barranco la esta engullendo.


Pequeños saltos son la tónica habitual. No suele cubrir, por lo que evaluad siempre su viabililidad.



Y vuelta a cuerda, ¿será toboganeable?, se preguntan ellos. La recepción no parece cómoda, mejor a cuerda.


Las paredes les sirven para hacer un poco el "pinzas". Son niños, es algo innato en ellos.


Este si, aunque pequeño, sirve para desgastar las culeras del neopreno.


Este otro, buff, no entra el culo de lo estrecho que es, mejor ...


Llegamos a una dificultad en la que el río hace un giro de 90 grados a derecha, con una gran acumulación de troncos y ramas. En este caso incordia. La instalación está bajo las ramas. Este barranco en carga tiene que ser algo terrorífico. Una vez pasado el tapón saltamos a la poza. Evaluad siempre el punto de recepción ante posibles ramas y, o, troncos, bajo la superficie. Como en la seguridad social, los viejos siempre delante en estos casos, tenemos menos valor.


Poco más adelante nos encontramos otra dificultad taponada por troncos (siguiente fotografía). Al igual que en la anterior, una vez superado el paso inicial, lo hacemos por el margen izquierdo como salto. Se debe evaluar siempre el punto de recepción. Una lástima. Son dificultades muy estéticas pero que han sido "estropeadas" por la acumulación de ramas y troncos.


La fisonomía del barranco en esta zona es estética, con estrechos que le confieren un cierto ambiente.


Llegamos a una dificultad que evaluamos para hacer como tobogán, de esos que sales despedido a su mitad. Tras analizar la jugada decidimos hacerlo en cuerda. La poza de recepción cubre muy poco y al llevar un caudal mínimo sería factible el caer en una panza de roca. Con mucho caudal sería para analizarlo lanzando sacas pesadas previamente. Pero ahora está claro que toca entrar en cuerda.


Y vuelta a cuerda, dificultades que se suceden con muy pocos tiempos muertos.


Para llegar a una tercera dificultad, bonita, pero estropeada por la acumulación de ramas y troncos. Ellos aprovechan para hacer equilibrios.


Aunque también observan que la madera mojada no tiene buena adherencia.


Todo pasillo estrecho les sirve para jugar con maniobras de oposición. Siempre les digo que este tipo de juegos no son buenos en los barrancos, un esguince o cualquier pequeña lesión obligaría a pasar bastante tiempo en el barranco y, ...


Estamos en la zona más bonita del Val Maggiore, con todo tipo de dificultades, incluidos varios pequeños saltos. Estos no perdonan ninguno.


Otro rápel, entre estrechas paredes, nos introduce en una zona de pasillos.


En la que los rayos de luz luchan por entrar.


Otro puente sobre nuestras cabezas nos apunta a la existencia de senderos en la zona. En varios tramos las paredes no ganan mucha altura, por lo que posibles escapes son presumiblemente posibles en algunos puntos del descenso.


Después de una zona un poco más ancha, en la que el sol le gana la batalla al barranco.


Entramos en una nueva zona de estrechos, con oscuros.



Ellos a lo de siempre, .... En otra zona observamos lo que posiblemente con carga pueda sifonarse o, en su defecto, ser impracticable.


Aunque con este caudal es practicable perfectamente, ellos prefieren progresar por un largo pasamanos en el margen derecho que evita la zona (siguientes fotografías).




En la siguiente fotografía se aprecia la zona evitable.


Al final del pasamanos ellos buscan un punto de salto.


Que nos da acceso a otro largo y estrecho pasillo.




La aparición de algo de basura en el cauce apunta a que debemos estar próximos a alguna zona habitada.



Nosotros a lo nuestro, cuerda y a hacer un rápel-tobogán.


Avanzamos por una continua sucesión de pequeñas badinas.


Togobaneando todo lo que sea en rampa.


Que pena un poco más de caudal en el descenso.


Ehhhhh, este tobogán es un poquito más grande.



Vuelta a la cuerda.


Y cuando resulta posible, a los saltos.



Este es mi castillo, esta es mi ventana. Estamos en una zona estética y bonita del Río Maggiore.


Hasta toparnos con un puente sobre el río, a escasa altura, con una carretera. Es el final del primer tramo del descenso. En este punto salimos del barranco para, en un prado, comer. Disfrutamos de una agradable conversación con un vecino del lugar, que acompaña a una familia de alemanas. Entre los temas sale el hundimiento del viaducto de Génova que, por cierto, atravesamos con nuestra autocaravana unas cuantas horas antes del accidente. Nuestro total pésame a las familias. Espero que no acontezca como casi siempre en este tipo de catástrofes, todos unidos en su apoyo, para acabar siendo unos apestados a los que la vida se lo pone muy difícil. Los responsables que paguen, y a ser posible rápido, y que para las familias todo sean facilidades. Suele acontecer todo lo contrario, convirtiéndose sus vidas en un auténtico suplicio. Esperemos esta vez no sea así, aunque ...

Uno de los pequeños se queja de una lesión. Tras evaluar su estado, decidimos que no está para continuar con el segundo tramo del descenso. Nos adelantamos por la carretera al inicio del tramo inferior para verlo. También guiados por la reseña y topografía de Morta, observamos que su primera dificultad es una C25.



El más pequeño decide bajar por el río.


A lo lejos, entre los árboles, observamos las montañas.


En la cabecera de la C25 nos encontramos una placa que nos resultad familiar. En nuestras visitas a Italia para barranquear han sido muchas las ocasiones en las que hemos iniciado los descensos con estas placas de "bienvenida" e informativas de la Asociación Italiana de Descenso de Cañones.


El mayor observa desde un mirador. Las lesiones son lo primero y, en caso de duda, siempre mejor cancelar.


En el balcón nos encontramos una gran placa en recuerdo de Damiano. Debió ser buena gente, al menos alguien le recuerda con mucho cariño.



En el margen opuesto al balcón, tras un largo pasamanos, accedemos a la cabecera de la C25.


En las siguientes fotografías el pequeño progresando en la C25. Dificultad bonita, estética, pero con instalación demasiado alejada de la línea de agua. Otra cabecera para progresar por ella sería bienvenida.



Tras la C25 un sendero por el margen izquierdo, con algún pasamanos de ayuda, nos deposita en un sendero de retorno al balcón.


Antes una visual de la C25, desde su base.



El retorno, sencillo, carretera arriba, 2,7 kms. (ruta naranja del fichero de "tracks"), con un desnivel de 220 metros. Toca subir lo bajado. La carretera con poco tráfico. Ellos como siempre haciendo el "pinzas". Una carretera no es lugar para siestas. Que paciencia tenemos que tener.


Esta es la carretera que en el "track" de topocanyons se utiliza para llegar a Quantin y al aparcamiento de cabecera. Tal y como indicaba, es mucho más corto e ideal si se va con coches. En otro caso, como el nuestro, en autocaravana, no es en absoluto aconsejable esta ruta, con varias zonas muy estrechas. No hay mucho el tráfico, pero en verano cada poco pasa algún coche.


Las praderas y las montañas al fondo dan al paisaje un toque realmente espectacular.


En otra zona observamos un pilón, con un pequeño altar y una virgen. Realmente los italianos son bastante religiosos. Son muchos los altares que nos encontramos en rutas y barrancos de este país.


Un día soleado es ideal para un paseo de este tipo. En caso de segundo coche se haría el retorno por la misma carretera. La "dinosauria", más fuerte que nunca, siempre porteando material.


Ellos, como siempre, en un determinado momento se odian para, al siguiente segundo, adorarse.


Una cuestecita más y llegamos a un cruce que, por la izquierda, poco antes de la carretera principal, nos depositará en el pueblo de Quantin y en el aparcamiento de cabecera. Bonito descenso que nos ha servido para pasar un divertido día. De todas formas, al no hacer el segundo tramo completo, que nos evita un largo retorno, nos queda mucha tarde por delante.

Con unas cuantas horas por delante, decidimos acercarnos a unos de los pueblos a orillas del gran Lago di Santa Croce, concretamente a Farra D'Alpago. El pueblecito nos ha encantado, pequeño, bonito, tranquilo, ideal como complemento a un día de barrancos. En primer lugar nos acercamos a la zona de baño del lago para darnos un chapuzón. Aquí hay mucho y variado para los más pequeños, incluyendo toboganes, pedaletas, etc., etc. Al atardecer, un paseo por el pueblo. Precioso y tranquilo, con poco turismo en pleno agosto. Cada vez me gustan más los pueblos alejados del exceso de gente. Nos pedimos unas pizzas en la Pizzería D Asporto. Mientras las hacían, seguimos nuestro paseo. Las recogemos y a cenar. Pizzería 100% recomendable, tanto por calidad como por precio. ¿Quién ha dicho que Italia es cara?. Cara es Galicia, hazte un A Coruña-Vigo ida y vuelta por la autopista AP-9 y sabrás lo que es algo realmente caro. O mejor, simplemente accede a la ciudad de A Coruña, y tendrás que comerte un peaje, con colas en muchas ocasiones, para pagar el impuesto revolucionario de acceso a la misma. Es lo que muchos llamamos el secuestro de nuestras urbes. Y no se te ocurra ir por la N-VI, según la hora puede que ten hagas viejo en el intento. Por cierto, las autopistas en Italia son realmente baratas. Hemos hecho larguísimos tramos por autopistas con gran cantidad de túneles de longitudes enormes, de esas que cuestan realmente mucha pasta, y los peajes son muy, muy baratos. En Italia no lo dudes y siempre por autopista.

Luego, en la Piazza Cesare Battisti, localizamos una heladería haciendo esquina, no recuerdo su nombre, pero tiene unos helados riquísimos y muy baratos. En las ocasiones en que hemos visitado Italia siempre nos hemos puesto las botas. Bueno, helados, pizza y café. Sé que suena a un claro arquetipo de Italia, pero ... Pasaremos la noche en esta localidad, en un bonito emplazamiento a las orillas del Torrente Tesa, poco antes de su desembocadura en el lago.

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