jueves, 16 de octubre de 2008

Uno de nuestros enemigos (los golpes de calor)

Hoy dejaré una entrada sobre uno de nuestros enemigos silenciosos, los llamados golpes de calor. Sin duda alguna, no es ninguna broma. Cada año asistimos durante los meses del verano a noticias fatales asociadas a los golpes de calor. Hay ciertas zonas, y especialmente en los meses de verano, en los que se hace más crítico. Por ejemplo, en la zona de cañones de Orense.

Personalmente, he presentado inicios de este fenómeno en una de las muchas aproximaciones que he hecho al descenso del fecha, en Orense. Al igual que la hipotermia, existen muchos grados, y casi todos hemos estado afectados por, como mínimo, los niveles más básicos en algún momento. En el caso de los golpes de calor, realmente te sientes morir por dentro. Aunque con calma, y unas pocas medidas, en mi caso pude reponerme y continuar con la actividad. Entre los grandes errores cometidos, el comérmelo en solitario, sin alertar a los compañeros. Nadie está libre de poder sufrir este y otro tipo de incidentes. La condición física es muy variable en distintas épocas, y afecta directamente a nuestra fortaleza ante, entre otras, condiciones climáticas extremas. Por ejemplo, no es lo mismo abordar una de estas aproximaciones en pleno verano después de dormir toda una noche, bien hidratado y alimentado, o hacerlo después de una noche de fiesta, sin dormir, y poco o nada hidratado. En toda actividad deberemos estar en las mejores condiciones físicas posibles y, en otro caso, cambiar los planes y abortar la actividad.

En otra ocasión, en uno de los descensos del norte de Portugal en los meses de verano, este incidente hizo mella en Ana. En este caso fue algo más grave y uno de los compañeros tuvo que salir a buscar ayuda. Afortunadamente con mucha tranquilidad pudo finalizar el retorno del descenso y, con unos cuantos cuidados, simplemente quedar en un pequeño susto.

Una vez hecha esta introducción sufrida en nuestras carnes con este enemigo que normalmente se nos presenta de una forma muy silenciosa, pero peligrosa, presentamos algunos conceptos del mismo.

El golpe de calor es un mal repentino causado por la prolongada exposición directa a los rayos del sol o a temperaturas elevadas. Se presenta de forma súbita y, siendo grave, se puede llegar a perder el conocimiento y puede producir la muerte. Es especialmente peligrosa en los niños y personas de edad avanzada. También influye mucho el estado del sujeto.

Su sintomatología se puede resumir en fuertes dolores de cabeza, náuseas y vómitos. El rostro se vuelve congestionado. Calambres dolorosos. La piel se torna seca y sin sudor. El pulso es fuerte y rápido. Las pupilas se hacen mayores. En casos extremos, el accidentado padece fiebres de 40 grados o más, e incluso a veces entra en estado de coma.

Tratamiento

1. Colocar a la víctima en un lugar más fresco. Como mínimo buscar una sombra, o hacérsela artificialmente.

2. Acostarle con la cabeza elevada para reducir el flujo de sangre en el cerebro.

3. Si el accidentado vomita, poner al accidentado de costado para impedir que aspire el vómito.

4. Aflojarle la ropa que le oprima. Sobra decir, aunque lo he visto en algunas ocasión, que las aproximaciones con el neopreno puesto, aunque se parcialmente, es una auténtica locura, y mucho más en verano. En esta situación, se puede plantear el quitarle la ropa al accidentado.

5. Aplicar un trapo (puede valer una camiseta o similar) con agua fría en la cabeza, o refrescarla de alguna forma. Como es lógico, el agua debe acompañarnos en nuestras sacas durante las aproximaciones y retornos, entre otras muchas cosas.

6. Frotar los miembros de la víctima en dirección al corazón para facilitarle la circulación de la sangre.

7. Si no ha perdido el conocimiento, darle de beber agua con una pequeña solución de sales para reemplazar el agua y sales perdidas por el sudor (puede servir estos compuestos de sales de bebidas deportivas existentes, tanto en líquido como en polvo para disolver en agua). Beber tragos pequeñitos. Los golpes de calor suelen estar asociados a vómito. Atiborrarte de agua a lo bestia no es la mejor solución. Poco a poco mucho mejor.

8. Controlar la temperatura del paciente de forma manual. En el caso de elevarse considerablemente el accidentado puede llegar a estado de "shock".

9. En el caso de la no recuperación en un cierto tiempo, y tras tomar las medidas más oportunas de las propuestas en cada caso, evacuar al accidentado a un centro hospitalario o, en el caso de la imposibilidad de trasladarlo, o no estar en condiciones, dar rápidamente aviso al 112. En este caso será importante que le atienda personal sanitario cuanto antes.

Si personal sanitario accede a esta entrada, agradeceremos cualquier consejo, aclaración, o puntualización sobre el tema.

1 comentario:

R,Ruiz dijo...

Nosotros mismos o algún compañero ha padecido los síntomas. Muy bueno el articulo. Un saludo.