viernes, 16 de abril de 2010

Ojos que no ven, corazón que no siente

Ojos que no ven, corazón que no siente. Ese es posiblemente el lema que ha movido durante mucho tiempo a las gentes a depositar todo tipo de basura en las cuevas. Todo la basura que tiramos en nuestras cuevas, de una u otra forma, vuelve de retorno a nosotros. Debemos recordar que bajo tierra fluyen grandes sistemas acuíferos que, en muchos puntos, afloran a superficie. La mierda que no se ve, muchas veces termina, de una u otra forma, en nuestro organismo.

En esta entrada incluyo un pequeño reportaje fotográfico de nuestro gran amigo y colega espeleo Antonio Somoza, de la cueva del Anarka1, también conocida como de los huesos, o del Souto.

Fotografía Cueva Anarka1, de los Huesos, o del Souto

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