Aunque no soy montañero, mi colega Alfonso me ha remitido una noticia sobre el Everest titulada ¿Por qué se dice que el Everest se ha convertido en un circo?. Siendo consciente de la existencia en el club de un buen número de montañeros, he decidido incluir esta entrada en el blog con dos referencias.
Tal vez estamos acostumbrados a los programas-documentales en los que únicamente se nos vende un producto bonito, empaquetado, montado, remasterizado, romántico, y en el que nunca se abordan temas como los tratados en estas entradas. La realidad parece muy distinta. No todos nos metemos en -1000s en espeleo, pero disfrutamos igualmente. ¿Qué es lo que está pasando en montaña para que mucha gente quiera hacer lo contrario?
Por otro lado, me ha llamado la atención la entrada titulada ¿Por qué el Annapurna es tan peligroso?, observando la existencia de montañas en las que, de 3 a 4 escaladores de cada 10 que se enfrentan a ellas, mueren en el intento. Sin duda alguna, no puedo imaginarme en descenso de barrancos, por muy radicales que sean, o en espeleología, en las grandes simas por debajo de los 1000 metros, una práctica semejante. Y como deportista, puedo asumir unos ciertos riesgos para desarrollar algunas actividades, pero esto otro me parece contra-natura. Sin duda alguna las montañas constituyen uno de los entornos naturales más impresionantes del planeta, pero no debemos olvidarnos que el fenómeno natural más impresionante de todos somos nosotros mismos. Obviamente, espero seguir viendo magníficas escaladas a las grandes montañas del planeta, pero tal vez se debería replantear quien está capacitado o no para dichas actividades.
Y finalmente, espero que el mundo de los descensos de cañones y la espeleología no sigan las huellas de esta locura turístico-festiva que se está viviendo en algunas de las grandes montañas. Tal vez deberíamos mandar a algunos a escalar las grandes montañas de Marte que, por lo que he visto, son mucho más altas que las nuestras (-:
Recordad que lo fundamental es la seguridad, correr los riesgos justos, y adaptar las actividades al nivel técnico y forma física de cada uno. De esa forma podremos seguir haciendo otras actividades.
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