Magnífica ruta muy recomendable. En total 11 kilómetros, lo que obligará a planificar un día completo de actividad con niños. Realmente uno piensa que no todo está perdido cuando observa pequeños pueblos como San Facundo, perfectamente cuidados. Una maravilla. Además, sus vecinos reflejan un gran cariño por su pueblo y, sin duda alguno, eso es mucho más fuerte que lo que puedan hacer nuestras administraciones. Nuestro agradecimiento a los vecinos de dicha localidad, por recibirnos con los brazos abiertos y por hablarnos de muchos de los lugares de la zona, así como de muchos de los acontecimientos que ha vivido esta localidad.
En la ruta también pasaremos por la localidad de Matavenero, una ecoaldea con mucha historia detrás. Un ejemplo claro ejemplo de convivencia en la naturaleza.
►San Facundo-Matavenero-San Facundo (fichero kmz para google-earth aquí)
Incluimos también el correspondiente mapa de ruta para google-maps.
Iniciamos nuestra ruta en San Facundo. En esta ocasión nos acompaña un amigo de cuatro patas, un auténtico montañero. San Facundo tiene también una zona de piscina fluvial, que se llena de bañistas en verano, un atractivo más para la visita. Ahora es invierno y las condiciones nos obligar a ir bien abrigados. Cada estación tiene su encanto.
El pueblo de San Facundo es una maravilla y está perfectamente cuidado. Observamos en sus vecinos una gran cultura y un gran amor por la naturaleza y, de forma concreto, por su pueblo.
Recorremos las calles con todo tipo de rincones con encanto. Y cuando digo con encanto no me refiero a esos pueblos que más que pueblos parecen escenarios para el turista. Este es un pueblo de verdad, no una maqueta para el visitante.
Una pintura en una pared nos informa de lo que nos encontraremos en la ruta.
En lo alto de una montaña, se nos recuerda el amor que los vecinos tienen por su pueblo.
Seguimos ruta para, después de un parque infantil, abandonar San Facundo.
Un banco nos permiten tomar un poco el sol.
Un camino paralelo al Río Argutorio, con todo tipo de árboles, nos adentra en la ruta.
Algunos viejos castaños nos salen al paso. Cada estación tiene sus colores característicos. Todavía no han caído las primeras nieves, que este año se retrasan, pero pronto llegarán.
En unos pocos metros un puente, que atravesaremos al margen derecho del río, para seguir nuestra ruta.
Un cartel nos pide que hagamos todo lo posible por mantener el Bierzo limpio.
Nuestro camino se convierte en sendero y se separa del río, ascendiendo en todo momento. Un cartel nos señala el camino.
Que seguimos sin pérdida posible.
Por estrecho pero bien marcado sendero.
Subiendo en todo momento, pero con ligera pendiente.
Para luego iniciar un ligero descenso hacia el río.
Uno de los pequeños está algo enfermo y, como es lógico, decidimos regresar sobre nuestros pasos. Es una ruta larga, y las condiciones físicas de los participantes deben ser buenas. Pero con lo que hemos visto, y lo que veremos a continuación, claramente es una zona maravillosa a la que pronto volveremos para concluir nuestro camino.
De regreso al puente, unos metros antes, en lugar de volver a San Facundo, tomaremos el camino que nos lleva por el margen derecho del río, sin pendiente alguna.
Un camino bien marcado nos lleva a unas construcciones abandonadas.
El río forma pequeños saltos de agua.
Y un puente con troncos de madera nos permitirá cambiar de margen.
Aguas arriba llegaremos a un embalse, que forma una bonita cascada artificial.
Un puente de troncos nos volverá a cambiar de margen, permitiéndonos ascender a la parte alta de la pequeña presa.
En la siguiente fotografía una pasarela de acceso a la parte alta de la presa.
En la que observamos el bonito entorno del pequeño pantano, entre montañas.
Una rampa de gran pendiente nos llevaría al camino superior de la ruta. Pero volvemos sobre nuestros pasos.
Para regresar a San Facundo.
En esta localidad, unos 200 metros de sendero nos ascienden a un mirador de la zona.
En la siguiente desde le mirador, con la piscina fluvial en la parte inferior.
Si, yo también le he cogido cariño a esta localidad.
Y antes de dejar esta zona, decidimos comer en el Restaurante-Bar Hermanos Villa, que se localiza en la zona de la pared pintada con la ruta. Una maravilla de comida. Hacía mucho que no probaba algo tan sano y sabroso.
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