jueves, 27 de octubre de 2016

Pont d'Espagne-Lago de Gaube-Refugio des Oulettes (Cauterets, Hautes-Pyrénées, Francia)

En las proximidades de la localidad francesa de Cauterets se localiza una ruta 5 estrellas, que desde el aparcamiento del Pont d'Espagne nos llevará al lago de Gaube y, posteriormete, al refugio de Oulettes. Más bien, pensando que estamos en agosto, ruta 4 estrellas en la subida y 5 estrellas en la bajada, especialmente si se retrasa para poder hacer todo el recorrido de vuelta sin presencia humana. La subida está demasiado masificada, aunque vale totalmente la pena.

Como siempre, antes de nada, adjuntamos enlace al fichero kmz para google-earth o para cargar en cualquier software GPS que soporte este tipo de ficheros. Ruta no circular que supondrá un total, ida y vuelta, de 17 kms., lo que nos supondrá unas 6 horas de actividad. Si la climatología lo permite retrasad el descenso. El desnivel entre la cota mínima y máxima es de 700 metros.

Para llegar al inicio de esta ruta pasaremos por Perrefitte-Nestalas y seguiremos hacia Cauterets. Atravesaremos esta última localidad que, en agosto, para nuestro gusto, tiene demasiada población, y continuaremos a la Raillere, siguiendo las indicaciones al Pont d'Espagne. Aquí iniciaremos una subida por carretera con varias y pronunciadas curvas que nos llevará, sin pérdida posible, al gran aparcamiento de inicio de ruta. El acceso al mismo tiene una barrera. Tarifa día completo de 6 euros. Es un aparcamiento enorme. Al principio del mismo, a la izquierda, hay una amplia zona para aparcar autocaravanas. No permiten pernoctar. En las siguientes fotografías la zona de aparcamiento de autocaravanas.



En resto del aparcamiento, tal y como comentábamos, es realmente grande, por lo que posiblemente sea difícil verlo completamente lleno, incluso en verano.


Luego pasamos por un edificio de recepción, con cajeros para pagar el parking, entre otros servicios.


Aunque existe la posibilidad de subir en telesilla hasta el lago, es un crimen perderse una parte del recorrido. Mejor caminad y dejad los medios mecánicos para aquellos casos en los que no quede otra. El uso de telesilla permite que todo tipo de público pueda acceder al lago de Gaube.

Desde este punto seguimos por el camino principal y cogemos un primer desvío a derecha, que nos lleva a una pasarela con barandillas de metal con unas vistas espectaculares del Pont d'Espagne con una potente cascada bajo su arco (siguientes fotografías).




Seguimos por el sendero, ascendiendo hasta el Hostal Pont d'Espagne. Desde el puente dedicamos unos minutos a observar el entorno y los saltos de agua (siguientes fotografías). En este punto se unen el Gave du Marcadau y el Gave de Gaube Como única nota negativa, es agosto y hay demasiada gente.



Hacemos una pequeña ruta circular, de aprox. 800 metros, que nos vuelve a dejar nuevamente en esta zona.


Para luego seguir por el otro margen del puente para coger sendero ascendente a derecha.


Luego el sendero no tiene pérdida, al estar muy pisado-marcado y sin desvíos aparentes.


Siempre entre bosques.


Los antiguos glaciares han dejado sus dibujos en la roca, impresionantes marcas.


Vamos ganando altura, en todo momento, vislumbrando lo que está por llegar.


Después de aprox. 1 hora llegamos al Lago de Gaube (1735m.), de grandes dimensiones. Un edificio preside el lago, es el hostal del Lago de Gaube, a nuestra izquierda.


Nos llama la atención las dimensiones del lago y el entorno montañoso que se aprecia al fondo.


Ellos aprovechan para hacer un poco el cabra por las rocas.


Aunque nuestro plan inicial era hacer una pequeña ruta hasta el lago, siempre nos pasa lo mismo. Bordeamos el lago por sendero bien marcado. Pese a los carteles de prohibido pescar, alguno se lo pasa por el ...


El lago está rodeado por altas montañas. Algunos arroyos caen vertiginosamente desde las alturas. Un espectáculo.


Bordeamos el lago longitudinalmente por el sendero, disfrutando del espectáculo y colorido de su agua.



Al otro lado se aprecia una especie de "playa". Es un punto de parada obligada con pequeños.



Desde dicho punto iniciamos un ascenso por sendero inicialmente marcado por hitos. No tiene pérdida. Hasta el refugio des Oulettes tendremos aprox. 450 metros de desnivel desde este punto, pero en un entorno único.


Atravesamos el Gave des Oulettes de Gaube por puente con barandilla de metal.


Observamos alguno de los pequeños saltos de agua desde el puente.


Son frecuentes las ocasiones en las que nos volvemos para observar el Lago de Gaube desde distintas cotas del sendero. El marco es impresionante.


Seguimos ascendiendo, lentamente, ahora por el margen derecho del Gave des Oulettes de Gaube, por le fondo del valle, próximos al río.


Cada cierto tiempo, volvemos la mirada. El gran lago sigue ahí.


A mitad de recorrido entre el lago de Gaube y el refugio llegamos a la Cascada de Esplumouse. La ruta pasará próxima a su cabecera.


En el tramo entre el Pont d'Espagne y el Lago de Gaube podemos decir que había superpoblación de visitantes. En algunos tramos del sendero se ascendía casi en caravana. En este otro tramo, de subida al refugio, la población humana se ha reducido considerablemente, lo que se agradece bastante.


Dedicamos un buen rato a disfrutar de la Cascada de Esplumouse (siguientes fotografías).



Aunque me sigo quedando con la visión del gran lago en el fondo del valle. Grandes rampas de pedreras hacen su presencia en los márgenes del valle. Por su parte, el sendero gana en pendiente. Ahora subimos muchos metros en poco recorrido.


El lago de Gaube se ve más pequeñito. Hemos subido unos cuantos metros.


Pronto nuestra vista deja de escaparse al lago del fondo de valle y se queda enganchada a lo que observamos arriba. Antes nosotros se muestran varios tres-miles, impresionante, es el macizo del Vignemale.


Pero para llegar al circo del Vignemale todavía tendremos que caminar otro trecho.


Volvemos a cambiar de margen del arroyo, por pasarela de madera.


Al fondo de una larga pradera observamos la cascada Darre Splumouse.


Ahora el lago de Gaube es historia y hace tiempo lo hemos perdido de vista.


Un último repecho, con algunas rocas, por sendero marcado, vuelve a meternos más cota (siguientes fotografías).




Para llegar a un nuevo prado, con ganado y un asno incorporado. Desde este punto el macizo del Vignemale nos muestra todo su esplendor, vislumbrando su gran pared de 800 metros.


En la pradera nos detenemos a "conversar" un poco con un asno. Parece un tipo listo, seguro que se dedica a la política. Las vacas siguen a su rollo sin inmutarse.


El macizo del Vignemale parece próximo, aunque las distancias engañan. Las nubes de las cumbres van y vienen.


Ante nosotros varios tresmiles en torno a un gran circo. El Vignemale, de 3298 metros, en el centro, sobresaliendo por encima de las nubes. A la izquierda del todo, tapado por las nubes, Le Petit Vignamale, de 3032 metros. Y entre ambos, también entre nubes, de izquierda a derecha, el Chausenque, de 3204 metros y el Pitón Carré, de 3197 metros. En la siguiente fotografía destaca el Vignemale en el centro, por encima de las nubes. Un espectáculo de montañas.


También miramos hacia atrás. El lago de Gaube hace tiempo que ha desaparecido de nuestro campo de visión. El entorno es más montañoso aquí arriba.


Siempre con el espectáculo del macizo del Vignemale presidiendo este tramo de la ruta. En la siguiente fotografía las nubes nos dejan ver muchos de los otros picos del macizo, como el Petit Vignemale, el Chausenque y el Pitón Carré.


Las nubes van y vienen a gran velocidad en esas cumbres. En un momento se divisan todos los picos y, a los pocos segundos, todo está entre nubes.


Pero nosotros seguimos nuestra ruta, por sendero bien marcado. Mucha gente desciende.


Entramos en un último repecho de cierta pendiente ascendente, por sendero bien marcado.


En algunos puntos nos salimos del sendero para subir a machete. Hay ganas de llegar arriba y, en caliente, estos pequeños andan como motos, planificando todo tipo de atajos. La línea recta siempre es el camino más corto.


De repente salimos a una gran llanura, en la base del gran macizo, con unas vistas impresionantes. Muy cerca se localiza, a nuestra izquierda, el refugio des Oulettes.


Ahora las nubes cubren completamente el macizo montañoso.


Atravesamos nuevamente el río por una pasarela para acceder al refugio.


Un vistazo desde la pasarela para observar el caudal del Oulettes de Gaube, procedente del deshilo.


En las inmediaciones del refugio la tropa se hace colega de unas cabras. Esto parece una estampa de Heidi.





Después de un buen rato, aquí no hay prisas, accedemos al refugio, disfrutando de las vistas del macizo y del impresionante glaciar des Oulettes, en la base de dicho macizo (siguientes fotografías). Este es uno de los glaciares más activo del pirineo, llegando a tener cerca de 50 metros de espesor. También es el glaciar que se encuentra a menor altitud del pirineo, entre los 2300 y 2600 metros.




Después de disfrutar largo tiempo del espectáculo que tenemos antes nuestros ojos, y de observar a los montañeros que descienden de las cumbres hacia el refugio, decidimos iniciar el retorno.


En la pradera pasamos otro rato observando a los grandes rumiantes.


Y volvemos a tener una "charla" inteligente con el asno que gobierna la pradera.


Si en la subida nos volvíamos para disfrutar del lago de Gaube, ahora nos volvemos hacia el macizo montañoso, para ver el juego que se traen las nubes con tan singulares gigantes.


Ahora todo es descender. Si en la subida era bastante la gente que nos encontramos, ahora estamos solos.


Hemos retrasado el descender del refugio bastante y realmente vale la pena totalmente. En la totalidad del descenso, desde el refugio al pont d'Espgana nos debimos cruzar con no más de 5 personas, montañeros que subían tarde al refugio. Una auténtica gozada el descenso, de 5 estrellas.


Desandamos el camino y las pasarelas.


Las nubes empiezan a asomar por encima de las montañas que vigilan el valle. Aquí estas se mueven rápido, aunque vamos con tiempo suficiente.


Y de repente las nubes desaparecen. No hay quien las entienda, están como motos.


Parece que se han  movido a las montañas de la base de la ruta. En algún punto aprovechamos para hacer una pequeña parada, y descansar en tan singular paraje.


Cuesta abajo los metros caen a gran velocidad.


Para volver a disfrutar de las vistas, a cierta altura, del lago de Gaube (siguiente fotografías). Sin duda alguna me quedo con la estampa del macizo del Vignemale, aunque esta tampoco tiene mucho que envidiarle.




Atravesamos alguna pedrera, con grandes bloques.




Y vemos a nuestra derecha la Cabaña du Pinet.


Para seguir sendero hacia el lago.


Desde el puente sobre el Oulettes una parada con vistas de postal.


Ahora las nubes vuelven a asomar sobre las montañas. En todo el descenso desde el refugio hasta este punto no nos cruzamos con nadie, una maravilla. Una pareja de españoles sube hacia el refugio y preguntan cuánto tiempo aproximado queda para llegar. Van cargados como auténticos burros de material de montaña. Sus enormes mochilas deben pesar un buen montón de kilos. Gente joven, gente fuerte.


Para finalmente llegar al lago. Las vistas ha cambiado totalmente. Si en la subida sus márgenes estaban repletos de gente, ahora no se divisa bicho humano alguno.


Bueno, un pequeño bicho humano nos sigue a cierta distancia. Le ha debido pegar el mal de altura y se ha mosqueado sin motivo con el mundo. Tenemos que bajarle pronto para que vuelva a tener una buena concentración de oxígeno. (-:


Los pequeños vuelven a parar en la "playa". Sin duda alguna vale la pena retrasar el descenso para poder observar estos parajes libres de humanos. Bueno, a excepción de nosotros. Ojo, siempre y cuando la climatología lo permita, que aquí las nubes y la niebla se mueven rápido.


Bordeamos el lago.







E iniciamos el primer tramo del recorrido, entre el lago y el pont d'Espagne.



Volvemos a disfrutar de los grafitis creados por los antiguos glaciares, ahora en total retroceso. Más bien, casi en total desaparición.




En esta cota el bosque vuelve a ser el elemento predominante.


Las raíces luchan con las rocas por hacerse con el control del camino.


Estamos en plena GR-10.


A ambos lados del valle las montañas se levantan a gran altura.


Hemos perdido cota y el pequeño vuelve a estar de buen humor.




El sol se está acercando a la cuerda de montañas, aunque antes juega a formar contrastes de luz tras los árboles.


En la zona del pont d'Espagne nos encontramos una representación-estampa curiosa, con un oso puesto sobre un panel de madera con cuchillos clavados alrededor, y un abrigo de piel al lado. En la base se localiza algún machete y cuchillo de montaña, entre otros utensilios. He eliminado las fotografías de los pequeños en tan singular punto. Son demasiado primitivos.


Aprovechando la casi total ausencia de bichos humanos, decidimos volver a pasarnos por el pont d'Espagne.


Podemos disfrutar de tal enclave en total soledad.



Lo que antes era un puente repleto de personas, ahora está a nuestra total disposición. La verdad, no hay como salir de las rutas clásicas o, en su defecto, desfasar los horarios.



Volvemos a recorrer los puntos más interesantes de esta zona.


Antes de regresar al aparcamiento de inicio de ruta.



En el aparcamiento han desaparecido muchos vehículos, únicamente quedamos los rezagados.


En resumen, una ruta 5 estrellas, muy variada y completa, totalmente recomendable para hacer con niños, siempre y cuando las condiciones climatológicas no sean adversas.


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