Tratar de escribir algo sobre esta ciudad sería perder el tiempo para no aportar información nueva. Son muchas y variadas las páginas existentes con información de interés sobre París. Únicamente indicar que sería imperdonable pasar a una cierta distancia de esta ciudad y no dedicarle, como mínimo, un día completo. Es sin duda alguna, una de las ciudades más bonitas de Europa y, como no, también de este nuestro planeta.
En una primera visita con pequeños, tal vez lo mejor sea dedicarse a lo más conocido de la ciudad (Campos Elíseos, Torre Eiffel, Notre Dame, la Basílica del Sagrado Corazón, el río Sena y su entorno, entre otros). En nuestro caso también se visita el entorno del Museo de Louvre, sin acceder al mismo. Este museo requiere, como mínimo, un día para poder verlo a toda velocidad. Para disfrutarlo con calma se deberán planificar varios días. Recuerdo una visita que hice hace muchos años a este museo y, de forma muy especial, las salas de antigüedades egipcias. Con niños decidimos visitar su entorno y centrarnos en otros enclaves de la ciudad. Posiblemente un día entero en el museo se les haga duro. Más adelante, cuando crezcan un poco, será el momento de organizar esta actividad.
Se adjuntas varias fotografías de la visita. Un día completo e intenso.
En este punto hablamos con los pequeños de la película del Jorobado de Notre Dame y, como no, de sus gárgolas.
Notre Dame es impresionante, tanto por su trabajo en piedra como en vidrieras. En la puerta de entrada entablamos una conversación con un grupo de visitantes sobre Notre Dame vs. Catedral de Burgos y Catedral de León. Yo les planteo que Notre Dame tiene la calidad del trabajo en piedra de la de Burgos y el de las vidrieras de la de León, todo en uno. Incluso apunto que me quedo con las vidrieras de Notre Dame vs. las de León, aunque en este punto no me gusta ser categórico, dado que todas ellas son una maravilla de la arquitectura. El grupo es la primera vez que visita Notre Dame y, antes de entrar, aseguran que en absoluto, que superar la vidrieras de la catedral de León es muy difícil, por no decir imposible. Luego, dentro, no lo tendrán tan claro. También les planteo que en vidrieras visiten la Sainte Chapelle.
Al final del día ellos juegan a ser los maquinistas del metro.
Para otra volveremos a visitar los enclaves menos conocidos y, como no, el museo del Louvre.
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