martes, 19 de diciembre de 2017

Gourette al Lac d'Anglas (Pirineos Atlánticos, Aquitaine, Francia)

Gourette es una estación de esquí situada en los Pirineos Atlánticos, en la región Aquitaine, en Francia. Se encuentra a 50 km de la frontera española por el Portalet. Ascendiendo hacia Gourette, el penúltimo "parking" que nos encontramos en la estación es nuestro punto de partida. Es una zona de hoteles, apartamentos y todo tipo de hostelería.

Nuestra ruta es un tramo no circular de la que adjuntamos en formato kmz, una gran circular de ascensión al Pic Arre Sourins. Concretamente hacemos de la estación de Gourette al Lac d'Anglas. Nuestra intención era hacer la circular pasando también por el Lac d'Uzious. Llevamos muchos días fuera de casa, estamos de retorno, y llegamos demasiado tarde a Gourette. En el Lac d'Anglas decidimos iniciar el retorno pensando en las horas que quedan para el anochecer, que está por encima de los 2000 metros de altura, mal equipados si se hace de noche, en zona pirenaica, y con niños. De todas formas, para un día completo, con niños la ascensión al Pic Arre Sourins no, pero la circular por los lagos es una opción. Ojo, en la circular parece ser que hay un tramo delicado. En caso de duda, volved sobre vuestros pasos. Riesgos con niños los justos. Bueno, y con mayores también. El tramo que hicimos nosotros con buena climatológica perfecta para niños, además de ser una auténtica preciosidad. Son 6 kms. ida y 6 vuelta, con un desnivel no acumulado de 700 metros. Para otra la circular. Se adjunta fichero kmz para googe earth-maps que incluye el tramo que exponemos entre Gourette y el Lac d'Anglas. Obviamente, no conocemos el resto de la ruta completa, por lo que no podemos hacer referencia alguna a su adecuación para hacer con niños.

Salimos de uno de los últimos aparcamientos de la estación de Gourette (siguiente fotografía).



Desde el mismo aparcamiento accedemos a unas praderas. Unos animales muy raros con cuernos disfrutan del pasto.


A lo lejos el valle de esta ruta, entre montañas.


Empezamos a alejarnos de la zona de apartamentos, por el sendero más marcado y aparente.


Atrás queda Gourette.


Un cartel nos indica varias posibilidades desde la zona. El nuestro está perfectamente señalizado, Lac d'Anglas, 2h30m. Contad siempre con algo más de horario. Con los niños nunca se sabe, pueden tener el día y patear como demonios, o pasar a convertirse en demonios y ..


La flechita del cartel apunta a que la totalidad de la ruta es de ascenso, y así es.


Al principio suave.


En la totalidad del recorrido llevaremos el río próximo, en algunas ocasiones sobre él a cierta altura. En el primer tramo lo atravesamos por un pequeño puente, en una zona de bosque.


La siguiente zona discurre por un bonito bosque.


Según cogemos altura los árboles empieza a desaparecer.




Los árboles van dejando paso a la pradera y a la roca.


Entre praderas seguimos el ascenso, ahora sin árbol alguno. La altura impone sus normas y cuanto más alto los grandes árboles no lo llevan bien.



Y así nos vamos adentrando en un gran valle.



No hay pérdida posible, río arriba por el sendero más marcado.



También encontraremos varias marcas de la GR.


Empieza a ser demasiado habitual en nuestras rutas, es tarde y nos encontramos muy poca gente.


A nuestra derecha, según ascendemos, impresiona la visión de unas grandes paredes.


Y al fondo una pequeña construcción, posiblemente para el ganado.




En la pradera se localiza un rebaño de bichos raros, lanudos, y con cuernos. Más pequeños que los que vimos en Gourette.


Estamos a 1690 metros de altura, nos quedan por delante unos 400 metros de desnivel. Se lleva bastante bien. Un poste también nos indica el camino a seguir de los posibles.


Nosotros cogimos al Lac d'Anglas, aunque se podría planificar la circular al revés, primero por el Lac d'Uzious. Con más tiempo hubiese sido nuestra opción.


Otra buena pala de ascenso. Vamos cogiendo cota para superar la gran pared que tanto nos llamaba la atención.


Siempre entre paredes a media altura respecto al valle.


Nosotros subimos, toda la gente está de regreso. Siempre la misma historia, aprovechando el día al completo para poder desplazarnos de zona y hacer actividad la totalidad de los días.


Un gran hito preside el valle. Uno de los pequeños va como una moto. Pronto tendremos que pasarles las mochilas a ellos.



En el valle una bonita cascada.


No, a esta hora nada de baños, queremos llegar al menos al primer lago.



Sigue bajando gente.


Otro buen repecho.




Nos lleva a una zona en la que se observan construcciones mineras antiguas.


Y algunas herramientas y trozos de vagones.


A bastante más altura, las vistas son grandiosas.



El lago se vislumbra próximo. En lo alto observamos la cabecera de una cascada, ahora con muy poco caudal.




Hace calor, baños no, al menos hasta el lago, pero un remojón de cabeza perfecto.



Esa vaguada tiene pinta de tener lago.


Efectivamente, atravesamos el río que desborda del Lac d'Anglas.





Y de inmediato tenemos un espectacular lago antes nuestros ojos. Estamos a 2068 metros de altura.



Aquí, como era de esperar, un poco de descanso, comer algo, y ...



Y ellos, como siempre, no importa lo fría que esté el agua, a pegarse un baño y nadar un poco.


Mientras ellos disfrutan seguimos un trozo de ruta para ver la continuación por la circular al Lac d'Uzious. El lago está totalmente solitario. Todo para nosotros, y en pleno agosto.


En un lateral se observa un buen número de construcción, o lo que queda de ellas, relacionadas con una antigua explotación minera.


Las panorámicas del lago únicas.


En lo alto, entre grandes cumbres, un helicóptero hace maniobras en lo que parece una práctica de rescate.



Al lado del lago aparece un joven que empieza a montar una tienda de campaña. Claramente va a pasar la noche en tal idílico entorno.


También localizamos una pinza de pruebas de carrera en montaña. La dejamos a buen recaudo en su caja de metal.


Y luego, a tomar decisiones, seguimos por la circular o regresamos sobre nuestros pasos. Considerando un buen número de variables, decidimos volver sobre nuestros pasos. La circular supone unos cuantos kilómetros más, es tarde, y desconocemos las dificultades del sendero. !Cómo han cambiado las cosas!. Antes no haríamos esto ni locos.


Las sombras en la montaña nos dejan bonitos perfiles.



A alguno la reducción de oxígeno por encima de los 2000 le pasa factura. Es una broma que tenemos con uno de los pequeños. Casi siempre a cierta altura se le va un poco la olla.



Volvemos a disfrutar de la gran pared, ahora en sombra.




Nos sobra tiempo con mucho, aunque siempre es bueno jugar con márgenes.



Gourette está próximo.





Al llegar a Gourette observo uno de esos hechos que me indican el grado de libertad y democracia, entre otras muchas cualidades, del país en el que me encuentro. En plena zona de apartamentos de una estación de esquí, al lado de unas canchas de tenis, unos jóvenes están montando una tienda de campaña en pleno agosto. Buff, si esto lo hacemos en España, no pasa ni un minuto en que se nos persone alguna patrulla a hacernos entrega de un papel sorpresa e invitarnos a desmontar de inmediato. Y, la verdad, qué daño hacen estos jóvenes. Sin duda alguna, siempre que lo hagan con total respeto al entorno, ninguno.


En la pradera unos bichos lanudos con una mancha verde se están pegando un festín. No sabía que a estos también le iban los tatuajes.


Al lado también observamos una pequeña tirolina. No debemos olvidar que muy cerca está la famosa ferrata de Siala.


La jefa vigila el valle, desde su atalaya.



Unos metros río abajo, a poco más de 50 metros del aparcamiento y zona de hoteles, otro joven que ha subido en bicicletas de montaña hacen lo propio, montar su tienda de campaña para pasar la noche. Si, sin duda alguna, tenemos mucho que aprender. En España nos hemos instalado en la prohibición por decreto ley, en lugar de dejar vivir y perseguir al que no cuida el entorno y respeta a los demás. Prohibir no es la solución.



Luego decidimos dejar la zona de la estación. En el aparcamiento se localizan varias autocaravanas para pasar la noche. Idem a lo anterior, no hacen daño a nadie, siempre y cuando aparquen de forma adecuada y no contaminen. Y así lo entienden en esta zona.

Dejamos el valle y nos dirigimos a cruzar la antigua frontera con España, por el Portalet. Llevamos veinte días por Francia y Alemania y, a pocos kilómetros de la antigua frontera, decidimos retrasar la vuelta una noche más. Sí, las fronteras son antiguas. De hecho, deberíamos dejar de llamarlas fronteras. En el Lac de Fabrèges se concentran varias decenas de autocaravanas, en perfecto orden, y sin molestar a nadie. No tenemos ganas de pasar la frontera para empezar a ver prohibidos por todas partes. Prohibir nunca debe ser el camino a seguir. Y más aún, para mi gran sorpresa, cuando cae la noche, dos autocaravanas más adelante, un grupo de niños hace círculo alrededor de una gran hoguera. Estamos próximos a la carretera en plenos Pirineos y se ve como totalmente normal el hacer una hoguera. Ellos se lo están pasando de miedo. Algo que hemos observado en parques naturales y zonas de bosque de Alemania, el hacer hogueras es algo normal y habitual. Pero además, en zonas en las que es imposible ver un metro cuadrado de bosque quemado. Nuevamente, prohibir no es la solución. Recuerdo cuando era joven que íbamos al monte los fines de semana, montábamos las tiendas de campaña y, por la noche, disfrutábamos alrededor de una hoguera. Algo así no tiene precio. Ahora, por desgracia, eso es impensable en nuestra tierra.


Después de esta ruta, a modo de cierre de vacaciones, y de vuelta, cambiamos de actividad y hacemos algo de barranquismo con los pequeños, en concreto, el Gorgol y el d'os Lucars, aunque esto son historias que tienen sus propias entradas.

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