Ruta lineal sencilla que supone un total de 8 kms., con ligeros ascensos y descensos. En casi toda la ruta disfrutaremos de unas magníficas vistas del Río Boeza, poco antes de su desembocadura en el Río Sil. Recomendable a dos coches, dejando el de retorno en el puente sobre el Boeza que se localiza en la Urbanización la Patricia, a las afueras de Ponferrada, dirección a Molinaseca (localidad esta, junto con Ponferrada, que no debes perderte). Y con un segundo vehículo, nos desplazaremos a la localidad de San Miguel de las Dueñas, concretamente a su monasterio, inicio de ruta. En el caso de no disponer de dos vehículos, habrá que hacer el retorno por la misma ruta, o buscar medios de transporte públicos.
Se adjunta fichero kmz de la Senda de los Canteros.
Aunque se puede pensar que el verano, con el calor, es la mejor época para hacer rutas, el invierno, la primavera y el otoño suelen dejarnos mejores estampas. En este caso hacemos la ruta a finales de marzo, después de fuertes nevadas. Las montañas que rodean Ponferrada están completamente nevadas, lo que hace del paisaje una auténtica maravilla con cierto ambiente a montaña.
Antes de iniciar la senda, que comenzamos por la tarde, tras comer, los pequeños pasan un rato en Congosto, jugando a ese deporte que no recuerdo como se llama, en el que se le propinan patadas a una esfera de cuero.
La calidad de las fotografías es bastante baja. En esta ruta utilizamos un iPhone 4 para hacer las fotografías (me olvidé la cámara en esta ocasión y, ante esto, todo vale). Soy consciente que está en el mercado el iphoneX, pero para utilizar un teléfono, WhatsApp, email y poco más, sobra. Demasiada vorágine tecnológica observo en muchos humanos. La tecnología debe ser una herramienta, nada más.
Luego nos desplazamos a San Miguel de las Dueñas, a su monasterio. Tras un paseo totalmente recomendable por sus inmediaciones, iniciamos la ruta, que está perfectamente señalizada en todo momento.
Al poco del comienzo atravesamos por túnel las vías del tren.
Aquí iniciamos un ligero ascenso, hasta un cartel que nos desvía a izquierda. Una preciosidad los carteles que se han montado reutilizando los antiguos postes de electricidad.
Seguimos con ligero ascenso por un bosque impresionante.
Las 2/3 partes iniciales de la ruta discurren fundamentalmente por un bosque de encima, característico del Bierzo, totalmente impresionante. Este árbol está estrechamente vinculado al Bierzo, cuya patrona es la Virgen de la Encina.
En todo cruce hay carteles que nos indican la ruta.
Al fondo las montañas están cargadas de nieve.
Y en el valle, bajo unos grandes cortados, discurre el río Boeza.
Disfrutamos de un buen número de miradores naturales.
En algunos asomando con cuidado.
El sendero está perfectamente marcado y en muy buen estado.
Al visitar esta ruta en marzo, hay un gran número de pequeños arroyos que bajan cargados de agua. En verano es posible que esta ruta pierda parte de este encanto. Pasarelas de madera nos permiten atravesar estos pequeños cauces de agua.
También observamos en algún tramo las vías del tren, al fondo del valle, aunque lo que más llama la atención son las montañas nevadas.
Tal vez, en algunos puntos, hay un exceso de señales. ¿Qué objetivo tiene pintar flechas en dos pinos en un punto en el que no existe desvío alguno?.
Trepar a los árboles es otra de las actividades recomendables.
Llegamos a la confluencia de dos ríos. El Boeza baja con sus aguas totalmente turbias, ha llovido mucho, aunque hoy luce el sol. Su afluente, el río Meruelo, baja con un agua limpia y clara. Se puede observar la línea de separación de ambos ríos en su confluencia.
Lentamente nos vamos aproximando a Ponferrada.
Vemos el embalse y presa de Montearenas.
En esta zona la fisonomía del bosque cambia. Las encinas dejan paso a los pinares que, en ciertos puntos, se encuentran algo maltrechos.
Nos detenemos en el mirado de Pelayo, vislumbrando la proximidad de la Urbanización la Patricia.
Un vistazo atrás, a la presa.
Y otro adelante, hacia la urbanización.
Últimos tramos del sendero.
Con marcas innecesarias.
Al otro lado del río, varias construcciones, es la parte alta de la urbanización.
Rematando, tras un sencillo descenso, en el puente sobre el Boeza. Desde el mismo, a poca distancia, se observa, entre árboles, un pequeño castillo.
En este punto, volveremos sobre nuestros pasos o, en el caso de disponer de segundo vehículo, por el que dejamos en San Miguel de las Dueñas.
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