Para que no te queden dudas sobre hacer esta inolvidable ruta nada mejor que un completo álbum fotográfico. Y para su perfecta planificación y seguimiento, el correspondiente fichero "track" kml de ruta para GPS.
Un paseo entre la playa de Llanes y sus acantilados es la mejor forma de iniciar el día. Luego dejamos dicha localidad para, de inmediato, adentrarnos en senderos y caminos costeros de tierra.
En algún punto observamos un hórreo, construcción típica de Asturias, así como de su vecina Galicia.
En gran parte del recorrido los desniveles son muy suaves, por lo que es bastante llevadero, tanto para los niños como para los mayores. En algo más de 2,5 kms. llegamos a una de las mucha playas que veremos y pisaremos en la ruta, en este caso la de Poo. Con la marea baja seguiremos por la misma arena. Con marea alta, en nuestro retorno, tendremos que buscar camino alternativo.
Nosotros porteamos bicis, mientras ellos refrescan los pies. Nos alejamos de la playa, dado que todavía no es momento de baños, remontando el Arroyo Vallina.
Cruzaremos al margen izquierdo para, por un sendero, ascender unos cuantos metros. Desde las alturas, un banco-mirador único, nos hace alucinar con las vistas de la playa de Poo ...
Un entretenido y sencillo tramo de senderos de BTT nos salen al paso, siempre con las montañas al fondo. Una maravilla de contraste, mar y montaña, unidos en perfecta armonía.
Desde un balcón ante nuestros ojos nos saluda la Playa de la Almenada y la Playa de Portiellu.
Una escuela de surf introduce a un buen número de niños en este deporte.
Y desde un camino de tierra ancho, divisamos el Castro de San Martín.
Para llegar a la playa Palombina, que también atravesamos por la arena para seguir ruta, en pleno núcleo urbano de Celorio.
Entramos en un tramo de carretera, que nos llevará por la Playa del Borizo hasta Barro. En cierto punto observamos la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Barro.
Atravesado el puente sobre la ría de Barro, dejamos el asfalto para coger camino de tierra ascendente a izquierda.
Para llegar a Niembru, zona en la que tendremos el único tramo de ascenso de cierta pendiente. En poco más de 2 kms. se ascienden 125 metros de desnivel.
Al llegar a cierta altura, otro balcón-mirador nos asoma a la Playa de Torimbia.
Seguimos ascendiendo por camino de tierra, con cierta pendiente, hasta llegar a una gran explanada-aparcamiento, con antenas de telefonía. Aquí habrá finalizado nuestra ascensión.
Y como siempre solemos decir en descenso de barrancos, siempre hay que subir, para luego descender. Iniciamos un largo y bonito descenso por camino ancho. No dejaros llevar por las emociones y siempre con la velocidad controlada.
Al fondo, próximas, siempre nos vigilan las montañas,
Un ligero ruido en las alturas nos llama la atención. Un pájaro muy raro hace piruetas en los cielos.
En el descenso observamos, a lo lejos, la Playa de San Antolín.
Aunque antes pasaremos por las proximidades del Monasterio de San Antolín de Bedón.
Para llegar a la playa.
Dejamos atrás dicha playa para, por camino, seguir hasta la espectacular Playa de Gulpiyuri, realmente diferente a todo lo visto hasta el momento. Una larga furna o cueva marina se adentra tierra adentro, formando esta playa, digamos de interior. Todo un espectáculo. La marea está baja y no se puede observar en todo su esplendor.
Como es lógico, descendemos a la playa para observar la furna y como el agua empieza a entrar a este espectáculo de la naturaleza. En el retorno la veremos con marea alta. Aquí tienes varias fotografías en red de Gulpiyuri.
Por sendero iniciamos un pequeño ascenso que nos llevará a uno de los mejores miradores de la ruta, en pleno alto de acantilados.
Para entrar en un tramo de senderos de BTT muy entretenido.
Con paradas frecuentes para observar el paisaje desde las alturas de los acantilados. Cuidado con los niños.
También observamos alguna furna.
Hasta llegar a otra de las zonas impresionantes de la ruta, el acantilado de Villahornes.
En las siguientes fotografías el acantilado de Villahornes con el Castro de las Gaviotas al fondo.
En esta zona se localizan dos playas, la de las Gaviotas y la de la Huelga. Aquí encontramos ese paraíso para el baño buscado. La playa de la Huelga, de pequeñas dimensiones, desaparece con marea alta. Ahora está baja y accedemos a la misma haciendo el cabra por unos riscos. No es de fácil acceso. Como recompensa, tenemos este paraíso completamente para nosotros. Además, la temperatura del agua es espectacular. Nos pasamos algo más de una hora metidos a remojo, jugando con las olas.
La marea empieza a subir y tenemos que poner a cierta altura, en las rocas, nuestras pertenencias. Pronto el agua cubre toda la arena, e incluso rompe contra las rocas con fuerza.
La fuerza del mar nos obliga a abandonar nuestro paraíso haciendo el cabra rocas arriba. Pero ha valido la pena totalmente. En pocas ocasiones se puede disfrutar de un lugar así en pleno agosto y en total soledad.
Después de tan relajante baño, decidimos iniciar el regreso.
Aunque antes haremos una parada en la Playa de Gulpiyuri, ahora con algo de agua por la subida de la marea.
Cogiendo algún que otro atajo, de regreso a Llanes.
En Llanes nos espera un bonito paseo por esta animada localidad.
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