jueves, 9 de diciembre de 2010

Soluciones arquitectónicas en la protección de bocas de sima

En los últimos días ha surgido un cierto debate en nuestro colectivo de espeleología, con opiniones para todos los gustos. Aunque se puede afirmar que una gran mayoría de los cientos de bocas de sima existentes en España están sin protección alguna, en algunos casos, muy pocos, se ha optado por distintas soluciones, llamémosle cariñosamente arquitectónicas. En este sentido, no debe cundir el pánico, ni mucho menos, si se tiene en cuenta que, por ejemplo, tampoco tienen protección nuestros acantilados, y que a nadie se le pasaría por la cabeza llenar todo nuestro perímetro de costa que tenga cierta caída con barandillas (el mar es un auténtico minero, especialmente en zonas de costa en caliza). O los muchos kilómetros de carreteras de montaña con fuertes caídas que no presentan ningún tipo de protección. Esto no quita que siempre se deba tratar de tomar, según las posibilidades, toda medida de protección posible.

Antes de nada es importante señalar, aunque es obvio, que en el caso de cuevas naturales, siempre con un alto valor paisajístico y faunístico, entre otros, se debe prioridad la conservación del entorno. En el caso de no existir interés paisajístico, faunístico, etc., las medidas a tomar pueden ser diferentes a las que se puedan plantear en los ejemplos de esta entrada.

Con cierta frecuencia nos topamos con bocas de sima, normalmente de pequeñas dimensiones, que han sido tapadas para, entre otras cosas, evitar la caída de ganado, o por protección general. Es obvio que en estos casos se pierde un elemento de gran valor y un hábitat para un considerable número de especies, algunas de ellas protegidas. En otras ocasiones nos hemos encontrado con simas que acumulan, en la base de su primer pozo, una gran cantidad de materiales, fruto de intentos fallidos de taponar la boca. Respecto a esta cuestión, entendemos la postura de los vecinos de zonas kársticas, y los problemas derivados de, por ejemplo, pérdida de ganado por caída a simas. De todas formas, lo ideal sería la búsqueda conjunta de soluciones basadas en una alternativa intermedia, que garantice la conservación del entorno y la protección y usos del terreno.

También, en un mundo en el que las cosas muchas veces están al revés, son demasiadas las ocasiones en las que los mecanismos de cierre buscan todo lo contrario, la protección de las cuevas de la acción del hombre (depredador natural de la naturaleza).

En esta entrada traemos un reducido conjunto, de los muchos existentes, de soluciones arquitectónicas en bocas de sima.

En primer lugar incluimos un clásico de la espeleología burgalesa, "Cova Negra". Un agujero-boca de dimensiones medias en el suelo, precioso, muy precioso, nos da paso a una sala. En la siguiente fotografía la boca de entrada.


En la sala los rayos de luz hacen unos juegos-efectos muy espectaculares.

En la siguiente fotografía la línea de progresión de acceso a "Cova Negra".

En el caso de "Cova Negra", como mecanismo de protección se ha optado por una valla de madera. Un pequeño tramo del perímetro se ha habilitado con un paso, formado por un trozo de valla ligeramente retrasado, para facilitar el acceso, entre otros, a los espeleólogos (gracias por pensar en nosotros).

Entre la valla y la boca de sima se ha dejado un perímetro de seguridad (ver siguiente fotografía).
En otros casos, como el de la "Torca de Urrez", también en Burgos, la boca de entrada es de pequeñas dimensiones. Es muy habitual que bocas de entrada pequeñas, incluso auténticas ratoneras, den acceso a grandes sistemas y salas. El tamaño de boca en superficie puede no ser, en absoluto, indicativo de lo que se esconde bajo tierra. En las zonas de caliza existen cientos de agujeros de todo tipo de tamaños generados por distintos fenómenos, como por ejemplo el de disolución. En la siguiente fotografía la entrada a la "Torca de Urrez". Aquí se ha optado por una puerta-reja de metal. En ningún caso debemos olvidarnos de los reyes de la selva oscura, los murciélagos, habilitando espacios para permitirles el acceso.

En la siguiente fotografía los primeros metros de la "Torca de Urrez", justo antes de acceder a su primera sala.
En la siguiente la "Torca de Urrez" tras cerrar su puerta.

El entorno de la Torca, tal y como se puede ver en la siguiente fotografía, es ideal para espeleólogos a los que no les gusta andar en superficie. Los coches se pueden aparcar a pocos metros de la boca de entrada, y disfrutar de un magnífico prado, con espectaculares vistas nocturnas de las luces de Burgos.

En Navarra nos encontramos con otro de los muchos ejemplos existentes. En medio de un prado, un muro de piedra parece delimitar una pequeña parcela. Al acercarnos, lo que esconde es una boca de sima (siguientes dos fotografías). Al igual que la madera, la piedra constituye un elemento-material arquitectónico que se integra perfectamente en el entorno.


Y en la siguiente fotografía uno de esos casos en los que se tiene que proteger a las cuevas de los humanos. Se trata de una cueva muy espectacular, una auténtica maravilla de la naturaleza, "Pas de Valgornera", en Mallorca. Sin duda alguna, es una cueva para enamorarse, con una gran riqueza, tanto en formaciones, como a nivel arqueológico.

Y en la siguiente una de nuestras clásicas, de las que visitamos casi todos los años, la entrada a la Sima de Perlas-Valporquero, en León. Tras los primeros metros de entrada en sima, se accede a la sala de Perlas (otro gran espectáculo subterráneo).

La cueva de Taiche, en Lanzarote, es otra de las curiosidades. En este caso estamos en cuevas volcánicas. Y dado que se puede ver algún coche en el entorno de la boca, se ha optado por una protección en base a bloques de piedra, a modo de rotonda destroza-coches de las que en algunas ocasiones nos encontramos en nuestras ciudades.

Y hasta aquí algunos mecanismos de seguridad en bocas de sima. Existe una gran cantidad de soluciones arquitectónicas, aunque únicamente hemos querido dejar constancia de un pequeño grupo.

En la siguiente sección incluiremos algunas bocas de sima que no presentan protección alguna (situación habitual en gran parte de los cientos de simas existentes). Empezaremos por alguna de las simas que nos podemos encontrar en Galicia. En las dos fotografías siguientes la boca de Sima Teixeira (Courel), ubicada en las proximidades del pueblo que lleva su nombre, y al borde de un prado.


Y en las dos siguientes, la Sima Aradelas Superior (Courel).

En el País Vasco, otro ejemplo clásico es "La Torca del Carlista". Una boca de entrada pequeña nos deposita en el techo de una gran sala de 90 metros de altura. En la página de la "Sociedad de Ciencias Espeleológicas Alfonso Antxía", dedicada a la Torca, disponible aquí, entre otra información, destacar una fotografía de la sala en perfil. En su interior, a escala, el edificio Guggenheim se queda pequeño. Y hablando de grandes salas, en el país vasco-francés, la sala de la Verna es otro claro ejemplo de gigantismo, con unas dimensiones de 270x130 metros de planta, y 130 metros de altura. El vídeo de nuestros compañeros del "Felix Ugarte Elkartea" refleja a la perfección las dimensiones de esta maravilla.



En Galicia una de las salas más grandes que nos podemos encontrar es la de la Ilusión, en la Ceza (Courel), con unas dimensiones de 100x15 metros y una altura que no supera en ningún punto los 20 metros. Esto no quita que su interés paisajístico, faunístico, espeleológico, etc. pueda estar a la altura de sus hermanas mayores, aunque la espectacularidad del gigantismo no sea en absoluto un parámetro de la espeleo gallega.

En las siguientes fotografías, primeros metros de la "Torca del Carlista", su entorno y la fisonomía de esta pequeña boca de sima, de acceso a una gran sala.

En Cantabria también nos encontramos con pequeñas bocas de sima que dan acceso a grandes sistemas. En la siguiente fotografía la boca de Caballos.

O la boca de Tonio, también en Cantabria, en la siguiente.

O en la siguiente, del Sistema Crucero-Calaca (Cantabria).

Otro ejemplo de boca de sima de dimensiones considerables lo encontramos en Juñoso-Torca Ancha, en Cantabria. En la siguiente fotografía detalle parcial de Torca Ancha que, como su nombre indica, es ancha. Por su parte, Juñoso es de dimensiones reducidas.

Si nos movemos a Asturias, encontramos ejemplos en cuevas como la de Fresnos, cuya boca, en la siguiente fotografía, se encuentra próxima a la localidad del Mazuco.
O la clásica "Torca Juanín", también en Asturias (siguiente fotografía).

En cuanto a cuevas volcánicas, en Lanzarote nos encontramos ejemplos como "el Covón", cuya boca se abre a excasos metros del mar (siguiente fotografía).

O la boca de entrada a la "Cueva de los Lagos", también en Lanzarote, en las siguientes tres fotografías.

En Cuenca, tierra de gran cantidad de simas que, en muchos casos, se abren en pleno suelo en las proximidades de caminos y carreteras, nos encontramos con ejemplos como el de la "Sima de Juan Herrainz II", en la siguiente fotografía.

O la boca de la sima SC-16, también en Cuenca, en la siguiente.
En tierras de nuestros compañeros ecedecianos del sur, Andalucía, también nos encontramos con un buen número de simas y bocas de cueva. En la siguiente fotografía la boca de Parralejo, del Sistema Ramblazo-Parralejo-Cueva del Agua.

Dejamos para el final algunos casos curiosos que nos encontramos en Galicia. En las dos siguientes fotografías una fractura de ciertas dimensiones en los Ancares demuestra que podemos encontrarnos hundimientos, fracturas y bocas en todo tipo de materiales. Como curiosidad, unido a esta fractura natural nos encontramos un túnel artificial, cincelado a mano.

También en la ciudad de A Coruña se produjo un hundimiento que visitamos cámara en mano. Galicia es rica en "furnas", cuevas que en algunos casos pueden llegar a tener un buen número de metros, formadas por la acción del mar. En estos casos también nos podemos encontrar con hundimientos que, en época de fuerte mar, nos proporcionan un auténtico espectáculo en la forma de "fumarolas" que escupen el mar hacia el cielo. Y todo esto acompañado de la correspondiente banda sonora para viento. En el entorno próximo de la localidad coruñesa de Mera se pueden encontrar algunos ejemplos.
En la siguiente fotografía el hundimiento de la que hemos llamado "Furna Reto", al estar en las proximidades de la anterior ubicación del "Centro Reto" de A Coruña. En la actualidad por encima de este hundimiento circula un cierto número de vehículos, al encontrarse en pleno paseo marítimo de la ciudad de A Coruña. Se puede apreciar que existe una considerable distancia entre la línea de mar y el hundimiento. En este caso se optó por rellenar el hundimiento.


Hemos visto un pequeño conjunto de ejemplos de bocas de sima y hundimientos. Cada caso tiene sus peculiaridades, no existiendo dos iguales, y por lo tanto se deben tratar de forma autónoma, "parametrizando" todos los factores involucrados que permitan una óptima decisión.

► Enlace a fichero kmz para google-earth con las coordenadas GPS de las bocas de sima de todos los ejemplos vistos.


Ha sido apasionante el debate que se ha abierto en nuestro colectivo-foro de espeleología a raíz del hundimiento producido en un prado de O Courel, en las proximidades de Millares (entrada con información, noticias y reportajes fotográficos disponible aquí). Se han llegado a plantear 4 alternativas posibles en este caso, con algunas de sus ventajas e inconvenientes, aunque por nuestra parte, una vez hecha la exploración del hundimiento y los correspondientes reportajes fotográficos, es hora de dar por concluidos los trabajos en la zona.

* Fotografías de esta entrada.: Espeleo Club de Descenso de Cañones (EC/DC)

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