jueves, 18 de junio de 2015

Ruta del Monte Faro (Íslas Cíes, Vigo-Pontevedra)

La ruta del monte Faro de las Islas Cíes ofrece una de las vistas más espectaculares de la ría de Vigo. Esta es una de las rutas más largas de las islas y la más popular, aunque también la más civilizada y en la que más se aprecia la mano del hombre en el parque.

Como no tiene sentido repetir información disponible en la red, en el portal de wikirutas, en http://www.wikirutas.es/rutas/Galicia/Pontevedra/Islas_Cies/Ruta_del_Monte_Faro/
dispones de todo tipo de información, incluida una descripción y mapas para google-earth, google-maps y topográfico.

También una descripción de la ruta en http://www.turismodevigo.org/es/ruta-del-monte-faro

Ruta no lineal que supondrá, ida y vuelta, un total de 8 kms.

En nuestro caso, iniciamos la ruta cogiendo un ferry en la localidad de Cangas do Morrazo, a las 11 am. Se debe estar un rato antes en el puerto. En la siguiente fotografía llegando al puerto deportivo de Cangas. Al fondo el puerto de embarque de los ferries.


La llegada de nuestro ferry supone un momento de emoción para los pequeños lobos de mar.


Impacientes por asaltar el barco. La tripulación no es consciente de la que se les viene encima. Nuestro agradecimiento por facilitar el disfrute de los pequeños. No pararon de correr por el ferry durante casi todo el trayecto. Recomendamos que los niños se lo tomen con calma, para evitar alguna posible caída por las escaleras, entre otros posibles incidentes.


Las primeras fotos abordo, de emoción. Quieren verlo todo lo antes posible.


Despedida al zarpar. Nos esperan los tesoros de las Cíes.


Un rápido vistazo al puesto de mando.


La diversión continúa en proa, las olas convierten esta zona en una atracción. Mantener el equilibrio y aguantar los saltos a la llegada de las olas, se convierte en la nueva diversión. Así conseguimos mantenerlos en una misma zona durante un rato. 


En la popa disfrutan con la gran cantidad de "espuma" que generan las hélices de los motores.


Nos cruzamos, por sotavento, con una maravilla del mar, un velero clásico en madera. Los pequeños aprovechan para saludar a sus navegantes. 


Aunque el día está nublado, los lobos de mar pasan gran parte de la travesía en el exterior. El ferry amarra un rato en Vigo, para coger nuevos pasajeros. Recuerda que puedes salir de Cangas o de Vigo.


Después de 40 minutos aproximadamente, llegamos al pequeño puerto de las Cíes. Nos recibe un buen chaparrón. Esperamos un poco. Algunas construcciones no presentan una buena integración con el entorno, aunque me imagino tendrán muchos años y se debe mantener un equilibrio entre los antiguos habitantes de la zona y la conservación del entorno.


La isla tiene 3 rutas posibles. Al ser un día lluvioso, decidimos hacer la más civilizada, por disponer de más zonas de abrigo, instalaciones de hostelería, etc. A nuestra llegada, cogeremos el camino de la izquierda. Luego cruzaremos un dique que une las dos islas. Para seguir ruta y pasar por el camping. Paramos en el bar para comer unos bocatas antes de continuar ruta. Retomamos nuestra ruta bajo la lluvia, con la suerte que al poco deja de caer agua, aguantando gran parte del resto del camino. 


Aunque pueda parecer que un día lluvioso no es el mejor momento para visitar las islas, algunos pensamos todo lo contrario. Si el sol acompañase, la ruta al Monte Faro posiblemente se hubiese convertido en un día de playa, y eso se puede hacer otros muchos días y en otros muchos lugares. Eso si, el color del agua invita a volver un día de sol, con gafas de buceo, a disfrutar de la playa.

En todo momento seguimos en ancho camino. No está permitido salir del mismo en ningún punto. Para iniciar el ascenso al Faro de las Cíes.


Al fondo divisamos otra de las islas de las Cías, la de San Martiño. 


Hasta el faro siempre en continuo ascenso.


A lo lejos divisamos tan insigne edificio, un pequeño faro.



Las gaviotas son los auténticos y más numerosos habitantes de la isla. No salgas del camino y no molestes, especialmente en época de anidamiento.


Ascendemos zigzagueando en el último tramo antes de llegar al faro. 


Unos polluelos de gaviota han invadido el camino. Nos apartamos para dejarlos tranquilos. El zoom de nuestras cámaras nos permite hacer unas fotografías de los pequeñuelos.


En algunos tramos paramos para disfrutar de las vistas.


Y llegar finalmente al pequeño faro.


En sus alrededores varias gaviotas hacen guardia en sus nidos. Unas veces en solitario.


Y otras en compañía de sus polluelos.


Las vistas de gran parte de las islas nos muestran la zona menos civilizada de la misma, la que presenta menos actividad-acción humana.



Par volver sobre nuestros pasos, ahora siempre descendiendo.


A mitad de bajada, cogemos un camino a la izquierda, en dirección a un observatorio de aves. Pero antes disfrutamos de la "Pedra da Campá", perforada por los vientos.


Unos 100 metros adelante llegamos al observatorio de aves. 



Desde este punto también disfrutaremos de una magníficas vistas del Lago y de la Playa de Rodas, próximos al embarcadero de inicio de nuestra ruta. 


También, desde este punto, en el lado contrario de la isla, se observa la zona con mayor encanto, más agreste, y sin ningún tipo de construcción o intervención humana aparente.


Regresamos al punto de partida, disfrutando de un nuevo chaparrón de agua, y al ferry. Está lloviendo y, en esta ocasión, haremos la travesía en las cabinas de interior.


Entrada-menú principal actividades

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