lunes, 29 de octubre de 2018

Pista ciclabile di Valle di Cadore (Cimabanche a Calalzo di Cadore, Dolomitas, Italia)

Espectacular vía verde, en un entorno que te dejará perplejo, en plenos Dolomitas italianos. Una vía verde totalmente 5 estrellas. Nunca he valorado una ruta por encima de esta escala pero, si tuviese que hacerlo, tal ves esta se llevaría ese plus. El punto más alto de la ruta se localiza en Cimabanche, a 1531 metros. Pensando en los niños, es el punto de partida ideal. Desde Cimabanche se pueden hacer 16 kilómetros de descenso dirección al Lago di Lando y a Dobiacco, o 50 kms. hacia Calalzo di Cadore. Nosotros nos decantamos por coger dirección Calalzo di Cadore. Se incluye fichero kmz con el "track" completo de esta vía verde de los Dolomitias o Pista ciclabile di Valle di Cadore.

Italia tiene una completa red de vías de bicicleta. En http://www.bicitalia.org/it/reti-ciclabili-tematiche/greenways tienes un mapa interactivo de las mismas, de ayuda para organizar cualquier tipo de actividad sobre dos ruedas en dicho país.

En nuestra aproximación al punto de partida, Cimabanche, circulamos por el valle de Calalzo di Cadore. No hemos madrugado y nos encontramos con un tráfico, en pleno agosto, más típico de las grandes ciudades que de lo esperado en estas zonas de montaña. Con calma vamos ascendiendo por el valle, hasta el punto de inicio de ruta. A pocos kilómetros paramos a disfrutar del paisaje. Una gran seta roja nos llama la atención.


En Cimabanche, punto más alto de la vía verde, nos encontramos con algunos edificios y negocios.


Así como alquiler de bicicletas, etc.


Los carteles nos informan claramente de las dos posibilidades, hacia Calalzo, la que haremos, o hacia Dobbiaco.


La información es variada y completa.



Estamos en pleno parque natural de "Dolomiti d'Ampezo", en el paso Cimabanche.


Como el aparcamiento está lleno, incluso contando con un elevado número de plazas, decidimos movernos con nuestro vehículo un par de kilómetros dirección a Calalzo en busca de aparcamiento. Se localiza una pequeña explanada que será nuestro punto de partida.


Estamos en la tierra de las vías ferratas. Un cartel señala la de René de Pol.


Por ancho camino iniciamos un largo descenso. Casi la totalidad del recorrido es un continuo descenso. Los pequeños la gozan, desaparecen, y no volveremos a verlos hasta pasado un buen rato, al llegar al primer núcleo urbano. A estos descender, como a casi todos, les emociona.


Entre pinares vamos perdiendo cota.


Algunas praderas son de ensueño. El entorno es una maravilla.


Con el recorrido salpicado de antiguos edificios de la vía férrea.


En otro tramo nos asomamos a un paisaje de alta montaña.




Con todo tipo de tramos perfectamente protegidos.





Aunque no muchos, también atravesaremos algunos túneles.



Desde lo alto de un puente observamos el curso de agua, que desciende con fuerza.





Otro túnel, excavado en roca, y perfectamente iluminado, nos sale al paso.





Aunque los pequeños hace rato han desaparecido, perdidos en un rápido descenso, nosotros paramos a observar el entorno.


Las montañas próximas van ganando en verticalidad.



Alguna cuerda montañosa presenta unas agujas realmente sorprendentes.



El cielo amenaza lluvia aunque, de momento, se aguanta.


Unos bajamos, mientras otros suben.



Llegamos al edificio de la estación de Fiammes.







En algunos puntos barreras evitan la entrada de vehículos a motor.


Después de un buen tramo de descenso relax, entramos en la localidad de Cortina de'Ampezo, uno de los núcleos principales de la zona.




Aquí los pequeños nos esperan. Una fuente en madera sirve para reponer algo de líquido. Poco hemos gastado, todo es bajar.



Seguimos ruta por el núcleo urbano.


Entre jardines y árboles.






Hasta llegar a la estación de autobuses de Cortina d'Ampezo.








Nos llevará nuestro rato dejar atrás Cortina d'Ampezo.



En cierto punto tendremos que atravesar la carretera principal, que presenta un considerable tráfico. En la siguiente fotografías 50 metros después del cruce.


Aprovechando las vistas paramos en un banco para comer algo.




Seguimos ruta ahora por el otro margen de la carretera.


Nos llama la atención las instalaciones, ahora sin nieve, de los trampolines de salto de esquí. Cortina d'Ampezo ha sido sede olímpica de juegos de invierno.


Pasado Zuel llegamos a una zona en la que la vía verde desaparece, hay obras. Cogemos desvío por carretera a derecha para, a los 200 metros aprox. coger sendero ascendente a izquierda (siguientes fotografías).



Atravesamos una zona de bosque para volver a retomar la vía verde.


Por ancho camino, entre bosque de pinos, seguimos nuestra vía.



Siempre acompañados de altas montañas.



Nosotros en bici, otros en coche.


Arropados por grandes praderas.



Nos llama la atención el edificio de la estación de Chapuzza, también su nombre.



Tendremos algún que otro cruce con carreteras secundarias. Cuidado con los pequeños. Y así hasta llegar a San Vito di Cadore. En su plaza decidimos dar por concluido nuestro paseo en dos ruedas. Para evitar que los pequeños tuviesen que ascender los cerca de 600 metros de desnivel de nuestra ruta, tomamos una decisión equivocada. Ellos esperarán en un parque de San Vito, mientras uno de nosotros sube en los autobuses públicos a por el vehículo en Cimabanche. Claramente vale la pena hacer el retorno en bicicleta, posiblemente lleve menos tiempo y será mucho más divertido o, mejor todavía, en San Vito que uno regrese por el vehículo de cabecera, en Cimabanche, en su bici o en bus, mientras el resto de participantes continua los 25 kms. restantes de vía verde hasta Calalzo di Cadore. Esta última es la opción que haríamos si volviésemos por la zona a esta vía verde.


El retorno por el vehículo supuso cerca de 3 horas. En San Vito se espera unos 20 minutos por un autobús. No hay una línea que nos lleve directamente a Cimabanche. Hacemos San Vito a la estación de autobuses de Cortina d'Ampezo. Luego otra larga espera para coger otro autobús de Cortina d'Ampezo a Cimabanche, para con la AC volver a recoger a la tropa en San Vito. La atención en la estación de Cortina magnífica, gracias a las personas que me informaron sobre la línea a coger y el tiempo de espera. Eso si, el conductor del autobús de San Vito a Cortina un auténtico grosero, por no decir algo más fuerte. Hablaba un idioma que no era italiano, y puede que tampoco austriaco (tal vez sea el idioma ladino). Tenía pinta de no gustarle nada todo lo que no hablase su idioma. Todavía queda mucho individuo primitivo en el planeta.

Las siguientes fotografías en la estación de autobuses de Cortina.




En la zona observamos una bandera que no identificamos con ningún país, puede que sea de la región, o quien sabe de dónde será. Las banderas, todas las banderas, siempre nos han dado mucho miedo. Chucky es un angelito en comparación con ellas. La historia ha demostrado que la gente es capaz de matarse por defender un cacho de trapo. En esta zona se siente en todo momento la historia no tan reciente de la primera guerra mundial. Las fronteras de los Dolomitas son un claro ejemplo de unos límites establecidos a base de la sangre de un buen número de miles de soldados.

1 comentario:

Unknown dijo...

Que bella la naturalesa!!.