Como buen, o mal, quien sabe, espeleólogo, tenía pendiente desde hace mucho tiempo visitar el Torcal de Antequera. De forma muy resumida, enamorado me he quedado de esta zona. Un entorno kárstico único y con muchos rincones a descubrir.
Como siempre, antes de todo visita, toca planificar un poco la jugada. Estamos a finales de julio y lo que más me preocupaba inicialmente eran las altas temperaturas, que no llevamos muy bien. Ante esto, decidimos organizar la visita, como complemento de otra actividad, accediendo al Torcal hacia el final de la tarde. De esta forma, organizamos la actividad en formato espeleo. Metemos los frontales de espeleo, con baterías para una autonomía de 13 horas de luz. Además, como el torcal tiene sus entresijos y muchas posibles rutas, vamos provistos de varios tracks. Y como en dicha zona la cobertura es muy mala, llevamos los mapas de la zona cargados para poder trabajar offline, sin necesidad de tener conectividad.
Luego, el otro gran problema estaba en la posibilidad de que el torcal tuviese mucha afluencia de gente y con problemas de aparcamiento, tal y como se apunta en varias páginas. Siempre pensé que los meses de verano, julio y agosto, serían los de mayor afluencia pero, para mi sorpresa, tras una llamada telefónica al Centro de Visitantes, en el 952243324, me indican que julio y agosto es temporada baja, no habiendo problema alguno en el acceso al aparcamiento superior del Centro. Fenomenal, un problema menos. De todas formas, decidimos seguir con el planteamiento de acceder al torcal sobre las 8 de la tarde.
Todo tipo de información disponible en Torcal de Antequera.
Los tracks en formato kmz que manejo en la actividad, tal y como decía, siempre teniendo los mapas descargados y pudiendo trabajar offline y sin cobertura, se organizan según diferentes rutas, denominadas con un color.:
- Rutas Verde, Roja y Amarilla
- Rutas Amarilla, Verde y la Cornisa del Diablo
Estamos a finales de julio de 2022 y, para evitar el calor, llegamos al Centro de Visitantes, en el que observamos muy pocos vehículo, y mucho sitio para aparcar, a eso de las 19:45.
El plan es hacer la ruta roja en sentido contrario a las agujas del reloj y enlazar con la Cornisa del Diablo para, según vayamos viendo, adaptar la ruta a posibles cambios.
Iniciamos nuestra ruta sobre las 8 de la tarde, siguiendo el track de la roja, partiendo del Centro de Visitantes del Torcal. Desde el primer momentos disfrutamos de las espectaculares formaciones kársticas.
Me vuelvo y me los encuentro encaramados a unas formaciones tornillo. Les pido que no salgan de los senderos marcados y, a excepción de esta y otra, cumplieron bastante bien. Si la gran cantidad de visitantes del torcal se dedica a encaramarse en las formaciones, su degradación será considerable y rápida.
Cada ciertos pasos una mirada atrás para disfrutar de las formas de la caliza.
También nos encontramos varias huellas de amonites.
Y una curiosa formación en equilibrio. En las inmediaciones de esta formación tenemos que decidir si continuar por la senda roja o adentrarnos en la Cornisa del Diablo. Optamos por esta segunda opción para enlazar posteriormente con la roja.
El acceso a la Cornisa del Diablo es, a todas luces, una maravilla para los sentidos. Se observa un gran valle desde una cierta altura. Avanzad con cuidado por dicha cornisa.
Por sendero estrecho avanzamos cornisa adelante.
Con paradas para disfrutar del espectáculo.
En algún punto tenemos que agacharnos para avanzar. La roca en la parte alta sale sobre la vertical y, de ir erguidos, sería peligroso.
Y con cuidado seguimos avanzando.
Llegamos a un punto en el que el sendero desaparece. Continuar por la cornisa no es viable sin material de asegurar. Claramente en algo nos hemos equivocado. Hay varios niveles de cornisas, y posiblemente la correcta sea la que discurre por encima de nosotros, menos expuesta. En algún punto debe existir una zona de trepada a un nivel superior. Además, aquí el track de GPS ayuda poco, dado que los niveles están superpuestos. Como somos conscientes, dada la hora, no creo oportuno que se nos haga de noche en plena cornisa y decidimos desandar el tramo hecho para enlazar con la ruta roja.
Al poco de salir de la cornisa, cogemos senda Roja. Este tramo esta poco pisado, y tenemos que hacer uso del track para no irnos de madre. En alguna ocasión salimos de ruta. Avanzamos por un campo repleto de cardos secos.
Para acceder a un nuevo valle interior del torcal, en la zona del Torcal Alto.
Aquí tenemos una pequeña embarcada que solucionamos rápidamente tirando de tecnología.
Me despisto un momento y ahí los tengo otra vez encaramados. Venga, vamos abajo a seguir un sendero bastante perdedor y poco marcado.
El sol empieza a esconderse en el horizonte y habremos recorrido menos de 1/3 de la ruta roja.
En esta zona observamos una gran sima. Nos da pena no tener el material aquí. Un parabolt equipado en la vertical nos indica que debe tener un cierto interés para nuestra práctica deportiva.
Y más huellas de amonites, algo habitual en la zona.
En la parte alta del Torcal nos encontramos a un grupo, con una guía del Centro de Visitantes, que vuelven al aparcamiento. Al ver que nos dirigimos a la continuación de la ruta roja, para adentrarnos en el torcal, rápidamente nos avisa de que no se nos ocurra entrar ahí a esta hora, que en nada habrá una oscuridad total y que aunque llevemos el móvil con track, no hay cobertura y no funcionará. Me parece muy adecuado que haga esto dado que en muchos casos podría ser un serio problema. Le explicamos que llevamos tracks, mapas offline que no requieren de conectividad y frontales con una autonomía de unas 12 a 14 horas, que muchas gracias por el aviso, pero que contamos con ello, y que además forma parte de la actividad que hemos organizado, el guiarnos por la noche por el torcal.
En una profunda depresión observamos un paisaje único.
Y en esa zona se nos hace de noche. Señalar que gran parte de esta zona presenta un sendero muy poco marcado y perdedor. Hemos tenido que aplicarnos para poder seguir la ruta.
Más adelante conectamos con la senda principal y decidimos seguir ruta hacia el Centro de Visitantes. Aunque empezamos a caminar a las 8 de la tarde, durante el día hicimos un descenso de barrancos, y la tropa está algo cansada. Cerca de las 11:30 de la noche llegamos al aparcamiento.
Cenamos en un merendero del aparcamiento. Las vistas del cielo estrellado desde el Torcal son una auténtica pasada. Hay poca contaminación lumínica y podemos disfrutar de varias constelaciones. Después de una tardía cena, la tropa decide quedar echados en los bancos, disfrutando del cielo, mientras los mayores nos colocamos los frontales para volver a adentrarnos en el Torcal y darnos un bonito paseo nocturno. Esta actividad no dista mucho de una visita a cueva, buscando las huellas y el camino a seguir. Bueno, incluso mucho mejor, aquí el GPS funciona y nos permite orientarnos perfectamente.
Desde un mirador, próximo a Centro de Visitantes, disfrutamos del valle, con sus pueblos iluminados.
De forma resumida, sin duda volveré al torcal. Me queda mucho por ver. E incluso, la próxima vez, planificando alguna de sus múltiples simas.
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