Una de las joyas de Italia en descenso de barrancos, especialmente desde el punto de vista estético. Hace un buen montón de años este descenso nos dejó un gran sabor de boca y una cierta sorpresa. Es el momento de llevar a estos pequeños barranquistas a conocer la maravilla del Barbaira.
Desde Ventimiglia continuamos hasta Rocchetta Nervina. En esta ocasión google casi nos mete una buena embarcada al llevarnos por una carretera de montaña como atajo, que se coge en Varase. Esa carretera no era en absoluto aconsejable si vas con un vehículo grande, como nuestro caso en autocaravana. Bueno, y en coche mejor también por la principal. La ruta ideal es desde Ventimiglia a Dolceacqua, localidad que recomendamos visitar, y a Rochetta Nervina. Esta carretera sí es asumible para ACs y, por descontado, coches. A la entrada de la localidad, a izquierda, se accede a un aparcamiento, el de abajo limitado en altura por unas barras metálicas y, el de arriba, accesible para vehículos altos. En agosto se suele llenar de coches que visitan la localidad para disfrutar de un baño en el Río Barbaira.
Cuando hicimos esta barranco hace tiempo, recuerdo que pagamos 3 euros cabeza en una mesa-taquilla ubicada en el aparcamiento. En esta ocasión, a nuestra llegada, no vemos mesa alguna. Más tarde veremos el motivo. Pasamos la noche en Rocchetta Nervina, disfrutando al atardecer de una visita al pueblo y de las terrazas de su plaza, en las proximidades del puente. Están de fiestas y son varios los eventos organizados.
Respecto al descenso, la aproximación es de 1 hora, el descenso de 3 (disfrutando), y el retorno de 15 minutos. En el descenso encontraremos diversos saltos, pozas de tonalidad verdosas y agua cristalina. En algunos puntos se trata de una cueva a cielo abierto, con una gran cantidad de formaciones, especialmente el tramo 3. Se inicia con un salto desde el Puente Cin y finaliza en una presa, esta última zona habitual de bañistas.
Adjuntamos fichero kmz con la aproximación del Barbaira, que supone un total de 2,5 kms y 280 metros de desnivel, toca subir, como casi siempre. Se inicia la aproximación en el aparcamiento de Rocchetta Nervina. Descenso a un único vehículo.
Como previo al reportaje fotográfico, incluimos un video FULL-HD de los pequeños progresando en algunas dificultades del Barbaira, incluido el salto del Puente Cin y algún tobogán.
Al ser un descenso "corto" nos levantamos a buena hora. Con el material preparado atravesamos la plaza principal de Rocchetta Nervina. Cruzamos el río Barbaira por el puente (siguiente fotografía).
Unos 20 metros tras cruzar el puente nos desviamos a izquierda. El sendero está perfectamente señalizado.
Tras un par de pasadizos-calles abandonamos el pueblo.
En esta zona nos encontramos una taquilla de madera. La han movido a este punto. Está cerrada. En unos folios en italiano no nos queda claro si está o no permitido el descenso. Tampoco nos queda claro si está prohibido o no hacer senderismo por el sendero de aproximación. Algo extraño. Además hace referencia a un desprendimiento producido hace años. En este punto, y con todo preparado, decidimos seguir por el sendero para, según lo que encontremos, abortar o no la actividad. Indistintamente, las prohibiciones no son en absoluto el camino a seguir. En el primer tramo de la aproximación nos encontramos un gran altar, algo habitual en Italia (siguiente fotografía).
Lentamente ascendemos por el valle, en el margen izquierdo del Barbaira. Desde el sendero en ningún momento se vislumbran las maravillas del descenso.
En otro punto observamos tuberías de captación de agua, algo habitual en nuestras rutas.
Una curva y nos encontramos con un pequeño desprendimiento. Un bloque ha caído en pleno sendero. Nada que sorprenda en zonas de caliza. Nuestros barrancos están repletos de desprendimientos. A la cabeza me vienen ciertos puntos del Vero, en la Sierra de Guara, o del ...
Si la caída de este bloquecito es lo que ha producido cualquier tipo de intervención y, o, prohibición, entonces deberían prohibirse la mayor parte de las rutas de senderismo del planeta. Otra cosa es que se tenga que evaluar el estado de la caliza en la zona y, de observarse otros bloques sueltos que apunten a caída, tomar medidas como la de hacerlos caer, o ...
Cualquier persona que camina por el monte-montaña, siempre está expuesta a la naturaleza. Pero aquellos que deciden quedarse todo el día en el sofá de casa, también lo están al colesterol o a un ataque de corazón. Pasamos por el sendero en la zona del bloque, sin problema alguno. Este no ha sido obstruido.
Poco más arriba cogemos sendero-desvío a izquierda hacia el puente Cin. Existe la posibilidad de seguir por el sendero principal y entrar al Barbaira en otro puente aguas arriba, el de Pau.
Tras cambiarnos iniciamos el descenso haciendo un bonito salto desde el Puente Cin. Después de hacer el salto es el turno de los pequeños que, después de varios conteos, salen volando hacia el agua (adjuntamos vídeo que incluye el salto desde el Ponte Cin). En la siguiente fotografía desde el puente.
Abandonamos está bonita zona, tras conversar con un grupo de alemanas que están de senderismo por la zona. Por cierto, una de ellas hablaba un perfecto castellano.
En agua empezamos a alejarnos del puente.
Ellos siempre buscando todo lo que se pueda hacer como tobogán.
Tenga o no agua.
Una viga sobre nuestras cabezas marca lo que posiblemente fue una pasarela hace tiempo. Para llegar a una dificultad, con pasamanos por el margen izquierdo. Con este caudal es perfectamente destrepable.
Ellos siguen con la búsqueda de toboganes.
Al final de la poza, ...
Ascienden por el margen derecho para hacer varios saltos.
Aguas abajo otro pequeño bloque les sirve de plataforma. De uno en uno, de dos en dos, saltarlo todo que ...
Y más saltos, "el viejo delante y los patitos detrás".
Y, como no, más saltos.
Una trepadita por el margen izquierdo y, ...
Otro salto más.
Anda, si también tenemos que sacar cuerda. En la siguiente fotografía la primera dificultad en cuerda, de pequeñas dimensiones.
Y también toboganes, pequeños, pero divertidos.
El entorno lentamente va ganando en espectacularidad.
Las paredes se van cubriendo de vegetación y caliza.
Un gran bloque nos vigila desde las alturas.
Hasta llegar a unos de los tramos de gran interés del descenso, con unas cuantas instalaciones en un gran bloque. Una dificultad que no llega a los 12 metros. Por cierto, saltable.
Son niños y el juego es lo primero. El más pequeño hace de superman testando una de las cabeceras de la dificultad. Buff, que ....
Por detrás del salto de agua progresamos en cuerda. En otro tiempo no hubiese tardado dos segundos en saltar, ahora me he vuelto muy conservador. Llevo tropa y tengo que centrarme en ellos. Además, por encima de los 50 los huesos llevan peor los impactos con el agua.
En la base los pequeños disfrutan atravesando la cortina de agua.
Saliendo a una espectacular poza de agua "verdosa".
En la siguiente fotografía la dificultad desde la poza de recepción.
Y de inmediato un divertido tobogán.
El pequeño intenta remontar por el margen izquierdo. Al final el muy trepas consigue remontarlo por el derecho. No es sencillo, pero estos son como ... para repetir el tobogán.
Sin tiempos muertos salimos a un pasamanos por el margen derecho (siguientes fotografías).
Que finaliza en un bonito salto a una colorida poza (siguientes fotografías).
Un pequeño tramo de progresión.
Para entrar en un nuevo tramo, en el que predomina la oscuridad y las formaciones.
El musgo y la vegetación forma todo tipo de alfombras en las paredes.
En el margen izquierdo observamos una placa que informa de un punto de escape, por una cadena (siguientes fotografías).
Entramos en la zona más espectacular y única del Barbaira, con una dificultad inicial en cuerda por el margen derecho en un entorno que nos deja boquiabiertos (siguientes fotografías).
Ellos descienden con calma, siempre tratando de progresar en agua.
Y ante nosotros se abre un auténtico museo de la naturaleza.
Amenizado con diversos saltos.
Las paredes ganan en altura y la vegetación se entremezcla con la caliza, formando un paisaje único (siguientes fotografías).
Desde las alturas una infinidad de hilos de agua chorrean sobre nuestras cabezas. Paramos un buen rato disfrutando del espectáculo. Es algo único (siguientes fotografías). Este tramo es el que nos enamoró en el descenso que hicimos hace años.
Más adelante las paredes se llenan de formaciones, como las de las siguientes fotografías.
En tal ambiente llegamos a una dificultad que, desde la parte alta del bloque del margen derecho, supone algo más de los 10 metros. Es un salto que tiene sus metros, aunque con una recepción perfecta y profunda.
Hacia atrás observo que el más pequeño del grupo vuela por el aire (siguiente fotografía). Buff, si con esta edad hacen estos saltos, qué harán cuando tengan 18. Le sigue el otro pequeño que, sin pensarlo mucho, salta al agua.
Para volver de inmediato a "alucinar" con el entorno.
Ellos a lo suyo, juego y ...
En algunos tramos, siempre disfrutando del entorno, avanzamos por pozas que nos obligan a nadar pequeños tramos.
Cae agua por muchos puntos, a cierta altura. Una roca en el cauce ha cogido un color rojizo espectacular.
Es una ducha natural. Ellos se meten bajo los chorros-goteos que se precipitan desde las alturas.
Son varias las pozas que atravesamos nadando.
Y seguimos observando aportes de agua que parece caen del cielo.
Ellos a jugar, es lo suyo.
Con cada curva nos asomamos a una zona tan o más espectacular que la anterior. En este tramo una gran parte de la pared del margen izquierdo está repleta de formaciones (siguientes fotografías).
Desde el sendero de aproximación de ninguna forma se vislumbraba lo que este cauce guarda. Tampoco se aprecian arroyos ni aportes de agua. Claramente todo lo que cae debe ser de filtraciones bajo la zona del sendero de aproximación.
En medio de tal maravilla, otra colorida dificultad en cuerda, por el margen derecho, nos sale al paso (siguientes fotografías).
Anclado en una cabecera me paso un rato observando y disfrutando del paisaje.
El ambiente es único. Los pequeños disfrutan lo suyo.
Un gran boliche nos da la bienvenida. Esto parece que empieza a abrirse.
Lentamente va entrando más luz al cauce.
Ellos progresan con una gran facilidad.
Buscando todo lo saltable (siguientes fotografías).
Unos metros más adelante, otro pequeño salto.
Y así con varios más, todos ellos de pequeñas dimensiones.
Unas pozas alargadas que nos obligan a nadar nos hacen ver que no deber ser mucho lo que queda.
Pero siempre hay tiempo para otro salto.
Poco antes de la presa en la que se concentra un buen número de bañistas, nos cambiamos y salimos-trepamos a un sendero por el margen derecho. Hay un pasamanos de ayuda.
Seguimos por el sendero, observando una cierta cantidad de gente en el río.
Dejamos atrás la presa.
Para 100 metros más adelante.
Entrar en Rocchetta Nervina.
Una maravilla, que ningún barranquista debe perderse. Un espectáculo para los sentidos, de mucho ambiente y altamente estético. Es uno de los queridos y recordados junto con los Maglia, Mascún, etc., etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario