jueves, 9 de abril de 2020

Badde Pentumas (Oliena, Nuoro, Sardegna, Italia)

Descenso totalmente recomendable en un entorno de caliza grandioso. Estamos en un descenso habitualmente seco, siendo esta la única nota negativa. En esta ocasión estamos en otra zona del este de Sardegna, concretamente en la zona de Oliena. Aproximación larga en un entorno para dejar disfrutar nuestros sentidos.

En este descenso predomina la dificultad en cuerda que no supera, en ningún caso, los 30 metros. Destacar la ventana de acceso al circo inicial. Tened cuidado en las cabeceras en el caso de fuertes vientos, especialmente en esta zona alta inicial. La parte intermedia del descenso es encañonada y, sin duda alguna, presenta las dificultades más espectaculares y únicas del Badde Pentumas, unido en todo momento a las altas paredes que vigilan nuestro avanzar. Un P20 nos muestra en su base una pequeña cueva, con gran cantidad de caliza y varios espeleotemas. Si se planifica con tiempo, se pueden utilizar 2 o 3 horas para visitar la magnífica cueva de Sa Oche, encontrando su boca de entrada a pocos metros del lugar donde se deja el coche. Se recomienda esta alternativa al final del descenso, para aprovechar las horas de luz en el cañón. Otra actividad para este día nos obliga, en medio de la aproximación, a visitar los magníficos restos arqueológicos que nos encontramos por encima de la boca de entrada de Sa Oche. Como es lógico, en este caso id provistos de material necesario (iluminación, etc.). También recomendamos totalmente visitar, en el retorno en coche, la magnífica y grandiosa surgencia de Su Cologone

Estamos en un descenso que, según la época (nosotros hemos hecho el descenso a principios de abril), se puede optar por hacerlo sin neopreno. Un peto en la saca nunca sobra. No hemos encontrado ningún punto crítico o delicado en el descenso, siempre y cuando se tengan unos conocimientos de la técnica en cuerda adecuados (evaluad siempre las condiciones cambiantes). En algunos momentos el entorno nos evoca épocas prehistóricas imaginándonos cómo quedaría la estampa con nuestro amigo Vicente vestido con unas pieles (-:. Las paredes de caliza impresionan.

Los tiempos de aproximación se ajustaron totalmente a los consultados en la bibliografía (2h). El descenso, contando con un grupo de 8 personas, se nos metió en 4h 30m, siendo fácil irse a las 5h. El retorno es de aproximadamente 15m. Cañón que se puede utilizar como iniciación a las verticales de tamaño medio. La época recomendada es entre marzo y mayo. Sería único encontrar este descenso con algo de caudal (evaluad siempre las condiciones).

Por la S125, salimos de Orosei. Unos pocos kilómetros antes de llegar a Dorgali cogeremos un desvío a la derecha en dirección a Oliena. A los 15 kilómetros un desvío a la izquierda nos lleva a un gran aparcamiento próximo a la magnífica surgencia de Su Cologone. Posponer la visita a esta surgencia para el final de la actividad. Con el coche dejaremos este aparcamiento y volveremos a la carretera que, unos metros antes del aparcamiento, continua por la derecha. Seguid por esta carretera ascendente. A los pocos metros deja de estar asfaltada (siguiente fotografía).



Continuad por el camino de tierra principal durante 7 kilómetros, siguiendo los indicadores a Sa Oche. El punto final de tránsito en coche es fácil de localizar, recomendando el aparcamiento que nos encontramos en el refugio cerrado (siguiente fotografía) próximo a la boca de entrada de la cueva de Sa Oche.



Unos metros antes del refugio atravesamos un puente de hormigón sobre un cauce de tamaño medio que procede de la boca de la cueva de Sa Oche, que nos encontramos seco. Es el momento de preparar nuestras sacas con el material necesario pensando, en resumen, que ninguna dificultad supera los 30 metros. La ruta principal de aproximación parte de un sendero unos metros antes de cruzar en coche el cauce de salida de la cueva de Sa Oche (puente en cemento). Retroceded desde el refugio hasta el puente y buscad el sendero bien marcado. Coged este sendero que, al principio, se dirige hacia el norte. Durante gran parte de la aproximación no se ve el cañón que vamos a descender. Este se ubica en el siguiente valle más adelante del refugio, continuando por el camino transitable por el coche. El sendero se dirige hacia el norte evitando una depresión que pasaremos por su parte alta. Seguiremos el sendero que, en la parte alta, tomará dirección noroeste con tendencia hacia el oeste. En cierto punto atravesaremos por la parte alta la pequeña depresión que traíamos a nuestra izquierda. Se puede decir que esta es la ruta oficial. Nosotros hicimos una personalizada, bastante óptima en distancia, que podemos decir que es a machete. En pocas palabras, menor distancia y mayor pendiente. En esta optamos por hacer la aproximación por la parte baja de la depresión inicial. Desde el mismo refugio nos dirigimos a la boca de la cueva de Sa Oche, camino totalmente aparente. De la boca apreciamos un cauce bastante ancho, lleno de bloques de tamaño medio (siguiente fotografía). Este es el que cruzamos poco antes de llegar al refugio, del que parte el sendero principal de aproximación.



La boca de cueva (siguiente fotografía) es de tamaño medio. Estamos en una de las cuevas importantes para la práctica de espeleología de Cerdeña.



A los pocos metros de la entrada lo primero que nos sorprende es el trabajo del agua en el techo, formando tres magníficos tragaluces.



Después de este espectáculo de luz parte una galería en dirección norte que exploramos en sus primeros metros. Según apuntan las referencias que hemos leído, a los pocos metros de estas galerías (siguiente fotografía) la cueva proporciona todo tipo de espeleotemas. Sin duda alguna recomendamos planificar esta cueva al final del descenso.



Al dejar la cueva, cruzaremos el cauce y ascenderemos por el sendero aparente. A los pocos metros nos encontramos los restos arqueológicos de una magnífica villa.



En ellos un grupo de arqueólogos trabaja duramente. La zona esta vallada y prohibido el paso a su interior. Uno de los arqueólogos se nos ofrece para enseñarnos la villa. Nuestro agradecimiento a esta persona, totalmente enamorada de su profesión, por hacernos de guía y mostrarnos, con todo tipo de explicaciones, los distintos elementos de la villa. De todos ellos, único en la costa mediterránea, destacar la fuente con múltiples caños con cabezas de animales.





Nos informan que la totalidad del valle era una gran villa, encontrándose en todas partes, a poco que se excave, todo tipo de restos. Cerdeña ha sido uno de los puertos principales, tanto de los fenicios como de los romanos y, sin duda alguna, es un lugar totalmente recomendable para unas vacaciones para disfrutar de su arqueología. Atravesamos la villa y salimos por su parte alta. Un camino progresa hacia la depresión (valle) de la parte alta. El camino empieza a descender. En este punto cogemos pendiente arriba a machete, señalizando el sendero que hemos hecho con una gran cantidad de hitos. Ascendemos en todo momento por la zona de caliza que presenta una menor tasa de vegetación hasta dar con el sendero de la aproximación principal, en la parte alta de la depresión que llevamos a nuestra derecha. Según vamos tomando altura el valle que dejamos a nuestra espalda nos muestra su esplendor. En la siguiente fotografía se muestra el valle desde el tramo inicial de la ascensión. Nos imaginamos en todo momento los tiempos en los que todo este valle formaba una gran villa.



Progresamos en muchos puntos sobre caliza muy trabajada por la erosión, todo un añadido a la aproximación. Rápidamente cogemos altura (siguiente fotografía).



En la siguiente fotografía se aprecia, desde la ruta de aproximación propia que hemos tomado, la que se referencia en la bibliografía manejada (marcada con una línea en rojo), por la parte alta de la depresión que se aprecia entre el punto en el que estamos y la línea roja. En la parte alta nos cruzaremos con dicho sendero. En la fotografía también identificamos fácilmente el valle por el que avanzamos.



Cuando la depresión que nos separa pierde profundidad, comprobamos como el sendero en rojo coge dirección oeste y se cruza con nuestra ruta. Desde este punto continuaremos por la ruta de aproximación tradicional. Una construcción típica sarda nos sale al paso.



Estamos en el último tramo de ascenso donde, entre otros, nos encontramos algunos sugerentes agujeros en la caliza y los restos de algún inquilino de la zona.




En la parte alta (siguiente fotografía) continuamos ascendiendo con una menor pendiente. Avanzamos entre árboles siguiendo en algunos puntos hitos.



En la parte alta nos desviamos ligeramente a la derecha, descendiendo por una pendiente moderada a una gran pradera. Continuad por el sendero más aparente descendiendo lentamente. Pronto nos encontramos un sendero a la izquierda que progresa por un pequeño arroyo afluente del Badde Pentumas, dirección suroeste. Continuad por el sendero dentro del cauce. Nos encontramos un mensaje en un bloque de caliza. Concluimos que su significado es “quien se adentre por este sendero nunca podrá salir de el” (siguiente fotografía). Posiblemente no tenga nada que ver con esto pero alguna interpretación tenemos que darle.



Continuamos por el cauce ancho, que presenta algo de vegetación baja. También apreciamos en los bordes del sendero algunas formaciones en caliza interesantes.



Pronto avanzamos por alguna poza totalmente seca que nos obliga a hacer fáciles destrepes. El sendero está bien marcado.



En cierto punto apreciamos que el sendero prosigue, dejando a nuestra izquierda el cauce aparente del arroyo. Dejad en este punto el sendero y continuad por el arroyo. Estamos próximos al inicio del descenso.



Continuad por el cauce seco durante unos minutos para, sin perdida posible, llegar a una ventana de acceso al magnífico circo inicial del Badde Pentumas, en la forma de un afluente en 2 rápeles y 2 destrepes encadenados.

El siguiente gráfico muestra la ruta de aproximación que hemos registrado por GPS, contando con la variante que hemos hecho en el primer tramo de la misma. El coche está ubicado en el refugio cerrado. También se aprecia el tramo en línea recta del descenso y el retorno.



El último tramo en gris del gráfico de aproximación GPS representa la zona en la que dejamos de coger altura y, el último cambio brusco de dirección, toda la zona recorrida por el arroyo afluente del Badde Petumas. No incluimos el desnivel de la aproximación para no desanimar a la gente. Como siempre, “subid como un viejo para llegar como un joven”.

En este enlace el correspondiente fichero kmz con la aproximación del Badde Pentumas. Así no tendrás que sufrir las pérdidas y dudas vividas en nuestra aproximación.

Con esto nos encontramos asomándonos al Badde Pentumas en el punto de inicio del descenso. El afluente aparece en una ventana al circo dejando, por debajo, un par de rápeles encadenados y algunos resaltes. El tiempo utilizado en la aproximación es de 2 horas. El entorno de inicio es magnífico, tal y como se puede apreciar en la siguiente fotografía.



Señalar que, aunque el día era soleado, en la zona alta soplaba un viento muy fuerte. Extremar precauciones en las cabeceras de los rápeles ante las ráfagas de viento (si es el caso). Pasado el circo inicial el viento deja de hacer presencia. En la siguiente fotografía se muestra el punto de inicio del descenso, en la ventana del afluente (arroyo de la aproximación) en el Badde Pentumas.



Apreciamos claramente que estamos en un descenso prácticamente seco, aunque grandioso. Este es el único descenso de los realizados en Cerdeña en el que se puede plantear no usar neopreno, que nunca sobra en la saca (evaluad las condiciones siempre cambiantes en función de las condiciones climatológicas). En la misma cabecera nos encontramos un primer destrepe (siguiente fotografía) que, por seguridad, descendemos en cuerda instalada a un pequeño árbol en el margen derecho unos cuantos metros atrás de la cabecera.



Un pequeña marmita y estamos en la cabecera de un encadenamiento de 2 rápeles (siguiente fotografía). Las fuertes rachas de viento nos proporcionan algún pequeño susto. 



El primer rápel (P25) es limpio y carente de agua.



La caliza agarra considerablemente. La adherencia es perfecta. En la poza de recepción el agua no parece muy apetecible. Una repisa un metro por encima del agua nos permite progresar por el margen izquierdo para, sin tocar agua, llegar a la cabecera del segundo rápel, de menores dimensiones. Afortunadamente el estado del agua más abajo es bastante bueno, únicamente en la cabecera del descenso encontramos agua estéticamente poco agradable.

El segundo rápel (siguiente fotografía), equipado en el margen izquierdo, tiene una fisonomía similar al primero, aunque de una dimensión menor (P8).



En su base progresamos por el margen izquierdo, aprovechando el magnífico agarre de la caliza para evitar entrar en contacto con el agua.



Pasado este punto el agua cambiará de estado considerablemente. Es aconsejable hacer este descenso después de lluvias para intentar buscar un mínimo caudal en sus dificultades. Estamos a principios de abril y no tiene muchos signos de grandes caudales. Evaluad siempre las posibles condiciones cambiantes, especialmente en época de tormentas.

Tras pasar las marmitas de la base, dedicamos unos minutos a contemplar los márgenes del cañón. Un simpático careto en caliza, con la boca abierta, nos observa desde la altura, es el boca-abierta vigilante.



Avanzamos unos metros por un tramo abierto para, antes de un giro a izquierda, progresar por una zona escavada (siguiente fotografía).



Las magníficas paredes labradas no nos abandonarán en el resto del descenso. Es habitual tener que forzar nuestros cuellos hacia el alto para contemplar las esculturas realizadas por el agua.

Los distintos niveles de las paredes nos muestran el pasado del Badde Pentumas. De las formas de sus paredes nos podemos imaginar la gran cantidad de agua que debió circular por estos lugares, es la historia del Badde Pentumas cincelada en sus paredes.



No estaría mal hacer este descenso con un cierto caudal. Es una pena que muchas de estas zonas progresivamente se estén quedando sin agua. Nos viene al recuerdo la Sierra de Guara, coincidiendo todos en la apreciación de que ha ido perdiendo agua a lo largo de los años.

En la parte inicial del descenso nuestro juego se centra en minimizar el contacto con el agua.



No deja de ser una buena forma de forzar la progresión y hacer algo de deporte que, en algunas ocasiones, nos obliga a divertidas oposiciones. Continuamos durante unos minutos con el juego antes de empezar con una progresión de rápeles de dimensiones medias separados por pequeños tramos de progresión y destrepes. Observamos que algunos de estos rápeles están adornados por enredaderas.





En la base de varios de los rápeles nos encontramos pequeñas cuevas-abrigos.



Señalar también que las instalaciones de las cabeceras son bastante buenas y, en nuestro descenso, prácticamente recién puestas. Revisad siempre su estado.



Nos llama la atención a nuestra derecha una pared floreada. En cierto sentido nos recuerda a las típicas paredes encaladas, en este caso “encalizada”, llena de macetas de geranios. Curiosamente todos pensamos en Andalucía.



Un nuevo rápel, equipado en el margen izquierdo, nos sale al paso. Desde su base un antiguo inquilino del lugar nos vigila. Los verdes del musgo hacen presencia.





En algunos puntos comprobamos el alto grado de integración que pueden llegar a tener los árboles y la caliza. Todo es bueno para obtener algo de alimento y agua. Se trata de una auténtica fusión.



Avanzamos por un cauce ancho, entre altas paredes. En algunos puntos nos parece que estemos haciendo una magnífica caminata en el bosque (siguiente fotografía), amenizada por una gran cantidad de rápeles cada unos cuantos metros.



Seguimos también con dificultades en cuerda.



Progresivamente la fisonomía y la naturaleza del descenso cambian. El agua hace presencia en la forma de pequeños arroyuelos que, en muchos puntos, se pierden bajo la superficie. El Badde Pentumas se encañona y las paredes se juntan. Entramos en una zona magnífica. Para ejemplo la siguiente fotografía, en el que se aprecia en la parte inferior de la misma a Ana rapelando la dificultad.



El agua que cae por las paredes dibuja auténticos abstractos. El contacto del agua con la caliza proporciona todo tipo de tonalidades.



En este magnífico y sombrío entorno los rápeles estrechos de la zona intermedia se suceden.




Tras disfrutar de magníficos rápeles, desde un punto de vista estético, no acuático, llegamos a la cabecera de una de las mejores dificultades del descenso. Se trata de un P30 equipado en el margen izquierdo. Sus primero metros no presentan interés aunque, el resto, nos mete en un entorno oscuro de grandes contrastes en tonalidades. La siguiente fotografía muestra la cabecera de esta dificultad.



Progresar con precaución por esta dificultad.



El agua y el musgo hace que resbale considerablemente. Disfrutad del entorno, especialmente en la segunda mitad.



Después de este punto la luz empieza a entrar más fácilmente en el cañón. Aunque por la naturaleza del descenso pensamos que, después del último P30, no encontraremos en este descenso otro que nos llamase tanto la atención, pronto llegamos a otra zona peculiar. Para muestra la siguiente fotografía.



Se trata de un nuevo rápel, entre estrechas paredes. Un bloque de dimensiones medias hace equilibrios en su peculiar empotre a media altura. En la cabecera, formada por derrumbes, se aprecia a alguno de los participantes en la actividad.

El cauce coge algo más de anchura, progresando como es la tónica habitual entre altas paredes. El sol entra de lleno y la luz toma el cañón. Los árboles en el cauce vuelven a hacer presencia. En unos minutos llegamos a otro de esos puntos únicos del descenso, se trata de un nuevo P30. Bueno, van tres y con este cuatro. Haciendo memoria, el circo inicial del descenso, el P30 de los estrechos, el rápel de empotre y, ahora, un nuevo rápel que nos deleita con una pequeña cueva en su base. Agua limpia y fría sale de su interior.




Según vamos descendiendo nos adentramos en la pequeña cueva. Una surgencia aporta agua limpia y fría al cauce. Avanzamos unos metros para subir por una formación en sedimentos blandos de caliza hasta el punto de salida del agua. La continuación es imposible.

En un lateral apreciamos varios puntos que posibilitan una trepada muy delicada a la parte superior. Ascendemos con precaución para, en la parte alta, comprobar la no posible continuación. Tened mucho cuidado en esta delicada trepada. Preferiblemente no hacerla. Desde el interior no perderse el panorama de los compañeros haciendo el P30 con las paredes al fondo, todo un espectáculo.




No podemos dejar este punto sin un último vistazo de la dificultad.



La vegetación del cauce se incrementa, sin molestar en ningún momento. En realidad se trata de árboles. Progresamos sin dificultad por el sendero. Algún pequeño rápel nos hace desgastar nuestros ochos. Estamos progresando por los últimos rápeles del Badde Pentumas.



El cauce se abre progresivamente. Parece que no debemos estar lejos del final. Por la bibliografía manejada nos encontraremos una vía ferrata que cruza el descenso. Esta puede ser una buena forma de finalizar el mismo. Progresamos intentando localizarla para decidir la salida del descenso, por la vía ferrata o continuar por el Badde Pentumas hasta el camino de retorno al coche. Pensamos que esto toca a su fin y que poco más nos queda por ver dentro del cauce. Nuevamente nos equivocamos. Para muestra, nos topamos con unas magníficas paredes de grandes techos colgantes.



Nuestros cuellos progresan algo forzados contemplando las alturas. Pasamos un buen montante de minutos mirando al cielo. Algunas formaciones confunden nuestras cabezas, haciéndonos sentir que estamos en una cueva a cielo abierto.




Es difícil determinar hacia que punto dirigir nuestras miradas un mayor número de minutos. Al final tenemos que optar por un claro proceso de multiplexado, dedicando un determinado quantum de tiempo a cada porción de pared. ¿Dónde mirar?. Esa es la cuestión.




Dejamos este entorno de majestuosas paredes y continuamos por el sendero seco del cauce. En un pequeño bosque nos encontramos a la derecha, en pleno cauce, un nuevo cuadro, con una buena representación de formaciones a cielo abierto.



En ningún punto como este hemos sentido cómo podría ser el entorno de nuestros antepasados prehistóricos. Sin duda alguna este es el punto en el que nos imaginamos cómo quedaría la estampa con nuestro amigo Vicente vestido con unas pieles (-:

Avanzamos por el cauce seco, ¿nos encontraremos algún otro punto que nos sorprenda?. Indicar que desde este último punto nuestra capacidad de sorpresa no será alterada más. Es hora de que los niveles de dopamina de nuestros cerebros vuelvan a unos niveles normales. ¿Tal vez esto de los cañones sea como las drogas?. Te engancha y tienes que proporcionarle una dosis al cuerpo cada cierto tiempo para no caer el la estupidez absoluta de la vida de las ciudades. Lo que me pregunto es si tal vez según pase el tiempo el intervalo de tiempo entre dosis se tenga que reducir. Bueno, dejaré de desbarrar y me dedicaré a seguir con este descenso.

Algún rápel sin interés, en un cauce abierto nos obliga a continuar con los arneses puestos.



No queremos finalizar la actividad y hacemos alguna trepada por las paredes para adentrarnos en alguno de los múltiples abrigos del último tramo.



Seguid por el sendero seco del cauce (siguiente fotografía) hasta el camino principal de tierra.



Es el mismo que traíamos en la aproximación en coche. Coged el sendero a la izquierda para, en 15 o 20 minutos, llegar al coche. Al inicio de esta página se ha incluido un gráfico GPS que incluye la ruta de retorno y el correspondiente fichero kmz con los "tracks". Señalar también que antes de llegar al camino nos encontramos un sendero a la izquierda que, posiblemente, nos lleve al coche con un recorrido de menor distancia (siguiente fotografía). Lo dejamos a tu elección. Nosotros continuamos hasta el camino principal.



En el camino de retorno es inevitable el asustar a alguna de las múltiples piaras de cerdos tan abundantes en la isla. Posiblemente el embutido de Cerdeña sea de calidad. En la siguiente fotografía podemos apreciar una de las múltiples estampas de embutido andante de la isla.



En el retorno en coche recomendamos totalmente parar a ver la surgencia de Su Cologone. En el gran aparcamiento que dejamos a la izquierda durante la aproximación, en la zona de carretera asfalta (este dato puede cambiar con el tiempo), se inicia un sendero que, en poco más de 2 minutos, nos lleva a la surgencia. En un primer momento vemos una pequeña surgencia en la que en su interior unos cuantos tubos le roban el agua antes de llegar al río.




Continuamos por el margen del río para llegar a la gran surgencia de Su Cologone.



Unos metros más abajo se puede comprobar el gran caudal de la misma. Nuevamente nos percatamos de la enorme potencia de Cerdeña para la práctica de la espeleología. Sobre el entorno, transparencia del agua y color sobran las palabras.

Otros descensos y planificación Cerdeña- Sardegna 2004 (fichas de actividad y descripciones).


INFORMACIÓN DE INTERÉS CAÑÓN BADDE PENTUMAS

Roca.                        Caliza
Longitud.                 3000 m.
Desnivel.                  -490 m.
Periodo.                   De marzo a mayo. Ideal buscar algo de caudal después de lluvias.
Equipamiento.        Bueno (parabolts).
Material.                   2x40m., cuerda de “backup”, equipo de descenso, equipo de ascenso.
                                 Se puede planificar el descenso sin el uso de neopreno (en
                                 condiciones climáticas normales). Un peto en la saca nunca sobra.
Horarios.                 Acceso: 1h 30m (coche desde Orosei), 2h (desde el único coche
                                 necesario) / Descenso: de 4h 30m a 5h según grupo / Retorno: 15m
Bibliografía.            - Corrado Conca.: “Guida al Torrentismo in Sardegna”. Edizioni 
                                   Soluzioni Grafiche. 1993. (13€)
                                 - Corrado Conca, Paolo Madonia, Diego Leonardi.: “Canyoning nel 
                                   Mediterraneo. Sardegna, Sicilia, Corsica”. Ed. Segnavia.
                                   Sassari. Italia. 2002. (13€)
                                 - Hubert Ayasse, Philippe Dubreuil.: “CORSE paradis du canyoning. 40
                                   descentes à dècouvrir”. ISBN 291179750-7. DCL Editions. 2001.
                                   (25 €)
                                 Michelin. Ediciones de Viaje. Mapa de carreteras de Sardegna
                                   (Cerdeña)”. nº 566. 2000.
                                 - Studio Abies. “Carta turistico-escursionista di Urzulei“. 2001. (6,20€)
Dificultad.               Grado 2


ATENCIÓN. Todos los cañones sufren modificaciones constantes, tanto por causas naturales (crecidas, desprendimientos, etc.), como por artificiales (modificación de instalaciones). Verificar siempre la situación, el caudal y las distintas dificultades de los cañones.

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