Afluente por el margen derecho del Riu Flumineddu, en uno de los entornos más espectaculares de los que nos hemos encontrado en Cerdeña. Destacar su magnífico aéreo, un P35 en un entorno grandioso. Una zona, que hemos bautizado como la catedral, que progresa en cueva. También nos encontramos una cueva, surgiendo en paralelo a la última dificultad del descenso. Otra posibilidad, que involucra un gran número de horas en el descenso, consiste en hacer el descenso hasta el mismo Flumineddu (río principal) y unirlo con el descenso del Gorropu. En nuestro caso hacemos el descenso clásico del Codula y dejaremos el Gorropu para enlazarlo con el descenso del Flumineddu, planificado en otro de los días de actividad.
Aunque el Codula D'Orbisi nos lo hemos encontrado seco, requiere neopreno completo en dos puntos concretos del descenso. Se recomiendo utilizar neopreno durante todo el descenso, no sobra. También nos encontraremos dos marmitas trampa que, aunque están equipadas con cuerda (esta situación puede cambiar con el tiempo), requieren una relativa destreza en la trepada en cuerda, especialmente en la segunda. Siempre se puede optar por utilizar bloqueadores para el ascenso o montar una polea para ayudar en la progresión.
En cuanto a la fisonomía, la mayor parte del descenso circula entre paredes en un entorno totalmente encañonado. En este caso estamos en un descenso escavado en caliza. Únicamente se aprecia un punto claro de escape, el localizado después del magnífico P35 aéreo. Lo dificultades en cuerda, unido a los clásicos trepes y destrepes, es el único tipo de dificultades que nos encontraremos.
Sobre los tiempos estimados, utilizando la bibliografía seleccionada, partimos con la idea de una aproximación entre 10 y 15 minutos, un descenso entre 5h y 6h 30m y un retorno entre 45m y 1h, estimando un tiempo total entre las 6h y las 7h 45m. Contando con un grupo de 8 personas, los tiempos que nos supuso son de una aproximación de 40 minutos (desde el coche al inicio), 5h de descenso y 45m de retorno. Es fácil que estos tiempos se incrementen ante pequeñas pérdidas en la aproximación y retorno. En nuestro caso, la aproximación, tras algunos embarques, nos metió en la base del P35 inicial, haciendo en primer lugar la segunda parte del descenso. Entre el coche y la base del P35 empleamos 1 hora, incluida la exploración de algunos senderos. Recomendamos leer esta página para evitar paseos innecesarios. Posteriormente, en medio del retorno, se hace la parte alta, que incluye el magnífico P35 aéreo. En la base de esta dificultad concluimos el descenso saliendo por el sendero del margen izquierdo, por el que nos embarcamos parcialmente durante la aproximación. Descenso que se puede utilizar como iniciación a las verticales de tamaño medio, siempre y cuando las condiciones climáticas-caudal sean buenas. La época recomendada es entre marzo y mayo. Sería único encontrar este descenso con algo de caudal. Estamos en un descenso totalmente recomendado.
Por la S125, salimos de Orosei, cruzamos Dorgali, y continuamos hacia Urzulei. Se va tomando altura, divisando la salida del barranco Gorropu (Río Flumineddu) a nuestra derecha. A la izquierda los valles muestran su poderío en caliza.
En el kilómetro 177,5 cogeremos un desvío a la derecha (se aprecia claramente en la parte alta del collado). Circulamos por una pista asfaltada en estado regular, con un magnífico valle a nuestra izquierda. A la derecha en las paredes de caliza se divisan varias bocas de cueva, algunas con robustas escaleras de acceso fabricadas en hierro. Continuaremos hasta el primer desvío en “Y”. Cogeremos el camino de la derecha que, a los pocos metros, deja de esta asfaltado (el estado del camino puede variar con el tiempo). Seguid entre 5 o 10 minutos por el camino principal. En cierto momento cruzaremos un puente, con tres tubos de gran diámetro para dejar pasar el agua. Estamos atravesando el Codula D’Orbisi. Esta configuración de puente nos sugiere que en algunas épocas este descenso debe bajar con un caudal considerable. Seguiremos por el camino en nuestros coches hasta encontramos un cartel que nos indica la necesidad de 4x4 para transitar desde dicho punto del camino. Más bien se trata de una prohibición. Se identifica fácilmente al encontrarnos en este punto con un pequeño aparcamiento a la izquierda, con espacio para 2 o 3 coches. Señalar que más adelante, siguiendo el camino, nos encontraremos otro cartel de este tipo. Es posible que, pensando en las referencias de la bibliografía utilizada, el lugar de dejar el coche fuese ese segundo cartel, sugiriendo un ligero incremento del tiempo de aproximación al sumar unos cuantos metros de camino. Estamos hablando de 5 a 10 minutos extra. Siguiendo la tónica general de la isla, nos llama la atención el estado de las señales, llenas de agujeros de bala de todo tipo de calibres.
Durante esta semana nos llamará la atención encontrarlas en este estado, pero más aún encontrarlas así en el medio de los pueblos. Esto nos evoca al antiguo oeste, donde la gente anda a tiros por las calles. Esta situación se hace crítica en la zona del descenso del Baccu Sa Figu, aunque esto es otra historia, que dejaremos para la entrada del mismo. En la siguiente fotografía se muestra el aparcamiento de referencia, lugar donde se dejarán los coches. Este descenso no requiere una segunda ubicación de coches.
Tras preparar el material necesario, continuamos por la pista, transitable por 4x4, que en todo momento desciende. El siguiente gráfico muestra la ruta de aproximación registrada por GPS. Se puede ver en dicho gráfico la existencia de tres pequeños desvíos a la derecha, que retornan al camino principal. Se trata de senderos por los que nos embarcamos unos segundos para mirar su estado. Al cambiar posiblemente el punto de aparcamiento de la referencia bibliográfica nos despistó ligeramente los tiempos de entrada en el descenso. Pronto caímos en este detalle. Señalar que el gráfico de aproximación nos deposita en la base del P35, en el medio de la parte alta del descenso.
El siguiente gráfico muestra el desnivel y la distancia, desde el punto en el que dejamos el coche hasta la base del primer P35, punto en el que, por embarque, hemos entrado en el descenso.
En todo momento seguiremos el camino principal, en el que podremos disfrutar de un magnífico entorno.
Y de algunas construcciones típicas sardas.
En la primera parte del camino llegamos a una zona con obras de canalización, un nuevo cartel prohíbe el transito sin 4x4. En este entorno, desviándonos un poco a la derecha, encontraremos una de las construcciones típicas de Cerdeña. Tras la correspondiente visita, en nuestro caso provocado por una búsqueda de la aproximación correcta, volvemos al camino principal. Desde este punto se disfruta de algunos ejemplares magníficos del bosque, también encontramos pequeñas agujeros en la tierra, acompañado siempre de los tonos verde del musgo.
Continuamos por el camino, determinando que existen distintos puntos de entrar en el cauce del Codula di Orbisi. Entrarle demasiado pronto supondrá un cierto pateo por el río. Existen distintos puntos de entrada posibles. Estimamos que la mejor opción está en entrarle muy próximos a la cabecera del P35. En este caso continuad por el camino principal hasta que se aprecia al fondo del valle la estrechez del cañón del Gorropu (siguiente fotografía).
Antes hemos dejado un cartel que nos indica Codula di Obisi por un sendero a la derecha, continuando por el camino principal. Pronto nos encontraremos en un punto donde el sendero empieza a descender hacia el cauce con una cierta pendiente. Antes del descenso al cauce nos encontramos un sendero que le llega por la izquierda, se trata del que cogeremos en el retorno.
En el punto en el que le llega el sendero de retorno por la izquierda, saldremos por la derecha del sendero que traemos, subiendo a una pequeña loma para continuar llaneando, sin perder altura, por un pequeño sendero para buscar un punto para meternos en el cauce. En este sendero nos encontraremos, poco antes de descender al cauce, otra construcción de la zona.
No presenta una gran dificultad. De esta forma entraremos en un punto idóneo, muy cerca de la cabecera del primer P35 del descenso.
Otra posibilidad bastante buena es la de entrarle un poco antes, concretamente cogiendo un sendero a la derecha (ruta GR) que nos lleva al cauce. En la siguiente fotografía se muestra el punto exacto en el que deberemos desviarnos a la derecha, atravesando una zona de árboles, antes de la caliza.
La siguiente pantalla muestra el tiempo utilizado entre el coche y la base del P35, 1 hora en total. El tiempo de aproximación a uno de los puntos correctos es de 30m.
En este enlace dejamos disponible un fichero kmz con los "tracks" y "waypoints" de la aproximación del Codula di Orbisi [NINO-04] [TRAK-04]. La ruta nos deja en la base del P35. Se observa un desvío previo para poder entrar en el descenso por encima de dicha dificultad, punto ideal de entrada.
Partiendo de que hacemos la aproximación correcta, fácilmente localizable, o eso creemos, con las indicaciones aportadas, describiremos el descenso en su correcto orden, no como lo hicimos nosotros, primero la parte de abajo para en el retorno, hacer la parte alta.
Una vez que entramos en la parte alta del cañón, tenemos unos cuantos metros de progresión, con diversos destrepes que, a priori, no presentan una gran dificultad. Por esta zona se encuentra, en pleno cauce, la boca de entrada, de pequeñas dimensiones, de la Cueva de Donini (travesía), magnífico recorrido cuya surgencia, en una cascada de 55 metros, veremos desde la última dificultad del descenso, en un entorno único. Señalar que no localizamos su boca, al estar posiblemente más arriba del punto en el que le entramos al descenso. Para planificar la Cueva de Donini recomendamos utilizar [CONC-02]. Sí nos encontramos otra boca de cueva que, presumiblemente, según nos informaron, se acaba por sifonar. Creemos que es la que se muestra en la siguiente fotografía.
Progresamos por un cauce bien formado y seco, que requiere una cierta ligereza para progresar por sus destrepes.
Avanzamos sin nuestros neoprenos. Pronto llegamos a un primer rápel, de pequeñas dimensiones, que nos deposita en una fría y grande poza. Se trata de un P10. Es el momento de colocarnos el neopreno y el material de vertical.
Tras cruzar la marmita de la base del P10 (siguiente fotografía), se vislumbra ante nosotros un entorno único, estamos unos cuantos metros por encima de la cabecera del P35 (aéreo).
El entorno es, sin duda alguna, uno de esos lugares que no requiere comentarios. Un pequeño rápel (siguiente fotografía) nos deposita en una minúscula marmita.
Y de inmediato nos encontramos en la pre-cabecera del P35 (siguiente fotografía).
En este punto nos encontramos el la pre-cabecera del P35 equipado en el margen derecho (siguiente fotografía).
Utilizamos dos cuerdas de 50 metros, haciendo el descenso desde este punto. Unos cuantos metros más abajo, progresando sobre la pared (siguientes fotografías), nos encontramos una nueva cabecera de acceso a la parte aérea, el P35. Decidimos hacer el descenso de una tirada, desde la cabecera inicial. Una pequeña parte en semi-rampa nos deposita en el aéreo.
El entorno de este rápel es, sin duda alguna, todo un placer para nuestros ojos. Las siguientes fotografías muestran la progresión en esta dificultad.
Utilizamos dos cuerdas de 50 metros, haciendo el descenso desde este punto. Unos cuantos metros más abajo, progresando sobre la pared (siguientes fotografías), nos encontramos una nueva cabecera de acceso a la parte aérea, el P35. Decidimos hacer el descenso de una tirada, desde la cabecera inicial. Una pequeña parte en semi-rampa nos deposita en el aéreo.
El entorno de este rápel es, sin duda alguna, todo un placer para nuestros ojos. Las siguientes fotografías muestran la progresión en esta dificultad.
En la base de dicha dificultad dedicamos un buen montante de minutos para hacer disfrutar a nuestros sentidos con el trabajo del agua en la roca.
Esto si son catedrales y nos las hechas por el hombre. De hecho, no es fácil tomar la decisión de continuar con el descenso. Bueno, las de León y Burgos, sin olvidarme de la Catedral de Santiago, también son obras espectaculares.
Esto si son catedrales y nos las hechas por el hombre. De hecho, no es fácil tomar la decisión de continuar con el descenso. Bueno, las de León y Burgos, sin olvidarme de la Catedral de Santiago, también son obras espectaculares.
A los pocos metros de esta dificultad nos encontramos un sendero ascendente por el margen izquierdo. Fue el punto por el que entramos al descenso. En caso de necesidad este sendero constituye un punto de fácil escape, depositándonos rápidamente en el camino de retorno.
Continuamos por el cauce que, en un pequeño tramo, es de fisonomía abierta. Unos cuantos destrepes entre pequeños bloques y pronto apreciamos como el cañón se cierra considerablemente. Pronto nos encontramos avanzando entre estrechas paredes.
Pronto llegamos a los primeros rápeles de esta segunda parte del descenso. Un pequeño rápel (siguiente fotografía) nos mete en la cabecera de un magnífico P18.
En la siguiente fotografía el P18.
El cauce se nos muestra totalmente seco, progresamos con los neoprenos puestos. En la base del P18 nos encontramos en una gran marmita trampa. Salimos del P18 por el margen izquierdo, sin continuar hasta el fondo de la marmita.
En la siguiente fotografía el P18.
El cauce se nos muestra totalmente seco, progresamos con los neoprenos puestos. En la base del P18 nos encontramos en una gran marmita trampa. Salimos del P18 por el margen izquierdo, sin continuar hasta el fondo de la marmita.
En la base del P18, en el margen izquierdo, nos encontramos una instalación con cuerda fija para remontar los 3 metros de pared de la marmita trampa.
Se sale de la misma sin encontrar dificultad alguna. Incluid material de instalación para cualquier improvisto con estas instalaciones en fijo. En la misma cabecera, tras la marmita trampa, lo primero que hacemos es contemplar el magnífico P18 que acabamos de descender.
Se vislumbra un espectáculo sin igual. Un rápel totalmente estrecho nos deposita en una gran marmita, de aguas muy frías. Sin duda alguna este es un punto en el que es imprescindible progresar con el neopreno. Equipado en el margen derecho, estamos en un magnífico P15 (siguiente fotografía) de paredes estrechas, que hace que nuestra saca roce en algunas ocasiones con la pared opuesta.
La dificultad es desde el mismo punto de la instalación, nada más salir de la marmita trampa del P18 anterior. Todo ello sin tiempos muertos. La siguiente fotografía muestra un detalle de la progresión en dicha dificultad.
Se sale de la misma sin encontrar dificultad alguna. Incluid material de instalación para cualquier improvisto con estas instalaciones en fijo. En la misma cabecera, tras la marmita trampa, lo primero que hacemos es contemplar el magnífico P18 que acabamos de descender.
Se vislumbra un espectáculo sin igual. Un rápel totalmente estrecho nos deposita en una gran marmita, de aguas muy frías. Sin duda alguna este es un punto en el que es imprescindible progresar con el neopreno. Equipado en el margen derecho, estamos en un magnífico P15 (siguiente fotografía) de paredes estrechas, que hace que nuestra saca roce en algunas ocasiones con la pared opuesta.
La dificultad es desde el mismo punto de la instalación, nada más salir de la marmita trampa del P18 anterior. Todo ello sin tiempos muertos. La siguiente fotografía muestra un detalle de la progresión en dicha dificultad.
El espectáculo que nos encontramos al avanzar por la poza de su base es único. De hecho estamos en la segunda de las catedrales de este descenso. El ambiente es totalmente de espeleo. Lo primero que nos llama la atención es una entrada a cueva (claramente activa) que nos encontramos al final de la marmita (siguiente fotografía).
Presumiblemente esta entrada constituye otra de las posibilidades de progresión en este descenso, concluyendo en la surgencia en rápel que nos encontraremos en la salida del descenso. Señalar que el agua está bastante fría. No se incluye información sobre la posibilidad de progresión en cueva al no se la opción tomada, tampoco se aprecia información de la misma en la bibliografía manejada, únicamente una representación gráfica en la topografía, en la que señala diversos destrepes y un P30 final, el de la surgencia de salida.
Presumiblemente esta entrada constituye otra de las posibilidades de progresión en este descenso, concluyendo en la surgencia en rápel que nos encontraremos en la salida del descenso. Señalar que el agua está bastante fría. No se incluye información sobre la posibilidad de progresión en cueva al no se la opción tomada, tampoco se aprecia información de la misma en la bibliografía manejada, únicamente una representación gráfica en la topografía, en la que señala diversos destrepes y un P30 final, el de la surgencia de salida.
Avanzamos nadando por la marmita, con la vista fija en la boca de entrada que se abre delante de nosotros y pensando en las dos posibilidades de continuación (exterior o cueva).
Ante la falta de información técnica sobre la posibilidad de cueva, se opta por la más clásica, la continuación típica del descenso. En mitad de la marmita, algo en el techo nos llama la atención. Al levantar la mirada nuestra sorpresa se incrementa con el magnífico trabajo del agua en el techo. Sin duda alguna esta es la segunda catedral del Orbisi. Aceleramos en nuestra natación para salir de la marmita y poder analizar con detenimiento la sala en la que nos encontramos. En el techo se aprecian tres agujeros-tragaluces, dejando pasar la claridad del día.
Desde este punto notificamos a los miembros de la actividad que todavía se encuentran en la cabecera del P15 de lo magnífico de la sala. El descenso va ganando en espectáculo. Mientras llega el resto del grupo, se analiza el estado del punto por el que deberemos continuar. Se trata de una nueva marmita trampa.
Ante la falta de información técnica sobre la posibilidad de cueva, se opta por la más clásica, la continuación típica del descenso. En mitad de la marmita, algo en el techo nos llama la atención. Al levantar la mirada nuestra sorpresa se incrementa con el magnífico trabajo del agua en el techo. Sin duda alguna esta es la segunda catedral del Orbisi. Aceleramos en nuestra natación para salir de la marmita y poder analizar con detenimiento la sala en la que nos encontramos. En el techo se aprecian tres agujeros-tragaluces, dejando pasar la claridad del día.
Desde este punto notificamos a los miembros de la actividad que todavía se encuentran en la cabecera del P15 de lo magnífico de la sala. El descenso va ganando en espectáculo. Mientras llega el resto del grupo, se analiza el estado del punto por el que deberemos continuar. Se trata de una nueva marmita trampa.
Por el margen izquierdo de este espectacular punto del descenso nos encontramos una nueva instalación en fijo. Estamos en la segunda marmita trampa del Orbisi. Es una dificultad en aéreo, sin posibilidad de ayuda en pared para la trepada. Tres instalaciones con cuerda fija permiten la progresión.
Señalar que salir de esta marmita trampa requiere una cierta pericia en la progresión en cuerda que, según los casos, puede disminuir considerablemente la energía de los participantes. Afortunadamente el hombre desciende del mono, aunque en estas tareas seamos bastante más torpes que nuestros antepasados. Recomendamos totalmente incluir en el equipo aparatos de ascenso para facilitar la progresión y escape de esta marmita trampa. También se puede optar, para facilitar la progresión de los participantes con un gasto mínimo, por la instalación en la cabecera de una polea para contrapeso. En la cabecera nos encontramos, entre otras, la posibilidad de utilizar un árbol y algún párabolt. Incluid material de instalación para cualquier imprevisto con estas instalaciones en fijo.
Señalar que salir de esta marmita trampa requiere una cierta pericia en la progresión en cuerda que, según los casos, puede disminuir considerablemente la energía de los participantes. Afortunadamente el hombre desciende del mono, aunque en estas tareas seamos bastante más torpes que nuestros antepasados. Recomendamos totalmente incluir en el equipo aparatos de ascenso para facilitar la progresión y escape de esta marmita trampa. También se puede optar, para facilitar la progresión de los participantes con un gasto mínimo, por la instalación en la cabecera de una polea para contrapeso. En la cabecera nos encontramos, entre otras, la posibilidad de utilizar un árbol y algún párabolt. Incluid material de instalación para cualquier imprevisto con estas instalaciones en fijo.
Tras salir de la gran marmita trampa nos encontramos una pequeña trepada, que no presenta dificultad alguna. Sin tiempos muertos localizamos una nueva cabecera en el margen izquierdo. Estamos en un P12. La fisonomía del descenso cambia ligeramente, la luz entra fácilmente en el cañón y sus paredes se abren. Tras esta dificultad un pequeño nuevo rápel nos deposita en una marmita de reducidas dimensiones, estamos en la cabecera de la última dificultad, un nuevo P35.
Desde la marmita trampa no hemos vuelto a tocar agua. Esta es la única nota negativa del Codula D’Orbisi, la ausencia generalizada de agua. De todas formas, es necesario el uso de neopreno, especialmente en la zona de la cabecera del primer P35 (aéreo) y en la zona de la segunda marmita trampa. Sin duda alguna hacer este descenso con un cierto caudal tiene que ser todo un espectáculo. En este punto pensamos en el puente que atravesamos en la aproximación, sobre el Codula en su parte alta. Si le han puesto tres tubos de gran diámetro, se presupone que debe tener mucho caudal en alguna época del año. Estamos a principios de abril y está seco. Me imagino que será en pleno invierno cuando baje con agua.
La cabecera del último P35 nos muestra todo el valle en su esplendor. La vista es magnífica.
En un primer momento descendemos esta última dificultad que, a diferencia del primer P35 del descenso, no tiene un gran interés. Se trata de un rápel en pared, seco, con algo de vegetación y parcialmente roto.
En un primer momento descendemos esta última dificultad que, a diferencia del primer P35 del descenso, no tiene un gran interés. Se trata de un rápel en pared, seco, con algo de vegetación y parcialmente roto.
En este punto, con el descenso finalizado, se nos amontonan las cosas que solicitan la atención de nuestros sentidos.
El tiempo estimado de descenso está entre 4h 30m y 5h según grupo. En un primer momento apreciamos en el margen izquierdo del descenso, a escasos metros del punto en el que nos encontramos, la espectacular surgencia rápel del Codula D’Orbisi (siguiente fotografía), en estas fechas seca, presumiblemente una variante de progresión con origen en la boca de cueva que dejamos unas cuantas dificultades más arriba.
A lo lejos, en medio del valle, nos llama mucho más la atención una surgencia que aparece en medio de la pared, a una altura de 55 metros. En este caso una magnífica cascada proporciona un espectáculo sin igual. Se trata de la travesía Cueva Donini, en su último P55.
Sin duda alguna, esta travesía constituye una de las actividades pendientes en la isla. Su entrada se encuentra en la parte alta del Codula D’Orbisi, posiblemente por encima del punto en el que hemos entrado al descenso. La entrada, tal y como nos informaban en la isla, es una pequeña boca de reducidas dimensiones en pleno cauce.
El tiempo estimado de descenso está entre 4h 30m y 5h según grupo. En un primer momento apreciamos en el margen izquierdo del descenso, a escasos metros del punto en el que nos encontramos, la espectacular surgencia rápel del Codula D’Orbisi (siguiente fotografía), en estas fechas seca, presumiblemente una variante de progresión con origen en la boca de cueva que dejamos unas cuantas dificultades más arriba.
A lo lejos, en medio del valle, nos llama mucho más la atención una surgencia que aparece en medio de la pared, a una altura de 55 metros. En este caso una magnífica cascada proporciona un espectáculo sin igual. Se trata de la travesía Cueva Donini, en su último P55.
Sin duda alguna, esta travesía constituye una de las actividades pendientes en la isla. Su entrada se encuentra en la parte alta del Codula D’Orbisi, posiblemente por encima del punto en el que hemos entrado al descenso. La entrada, tal y como nos informaban en la isla, es una pequeña boca de reducidas dimensiones en pleno cauce.
En la misma base del P35, tras hacer una pequeña trepada, apreciamos un sendero que, por el margen izquierdo, asciende lentamente por el valle. Antes de iniciar el retorno examinamos la continuación del descenso. A los pocos metros nos encontramos un nuevo rápel y se vislumbran otros más abajo. El cauce del Flumineddu, río al que aporta su agua el Codula, se aprecia en el fondo del valle, relativamente cerca. Como tenemos planificado el magnífico descenso del Flumineddu y Gorropu para otro día decidimos tomar el retorno clásico del Codula. Existe una posibilidad que consiste en seguir descendiendo el Codula de O’rbisi para, una vez en el Flumineddu, hacer el descenso del Gorropu, tramo final de este descenso, en el que nos encontraremos un lago subterráneo. Para más información sobre este descenso referenciar la correspondiente sección. En este caso considerar los incrementos en los tiempos de descenso y retorno.
En nuestro caso, tras disfrutar del panorama, hacemos la pequeña y sencilla trepada (siguiente fotografía) para iniciar el lento ascenso por el sendero más aparente.
En todo momento, según tomamos altura, nos llama la atención los plegamientos de las paredes del fondo del valle y las cristalinas pozas del Flumineddu.
Ascender en todo momento, siguiendo la senda que, por el margen izquierdo del descenso, nos lleva al camino utilizado en la aproximación. Y como dice no se quien, “hay que subir como un viejo para llegar como un joven”. La siguiente fotografía muestra la última rampa del sendero previa al camino.
En la siguiente fotografía observamos la caliza que nos acompaña en algún tramo del sendero.
En la siguiente fotografía observamos la caliza que nos acompaña en algún tramo del sendero.
Una vez en el camino, desandaremos nuestros pasos de aproximación hasta el coche. El tiempo estimado de retorno desde la base del último P35 (punto de salida) y el coche es de 1h.
En el retorno en coche se visitan las cuevas en estudio que nos encontramos al inicio de la pista de aproximación.
Impresionan las tremendas escaleras de acceso instaladas.
Impresionan las tremendas escaleras de acceso instaladas.
INFORMACIÓN DE INTERÉS CODULA DI ORBISI
Roca. Caliza
Longitud. 2000 m.
Desnivel. -350 m.
Periodo. De marzo a mayo. Ideal buscar un caudal moderado.
Equipamiento. Bueno (parabolts).
Material. 2x50m., cuerda de “backup”, equipo de descenso, equipo de ascenso,
cordinos, casco y neopreno indispensable. Se recomienda meter
equipo de instalación, spits y algunas chapas con anilla, etc. en
previsión del estado de las instalaciones de las dos marmitas trampa.
Horarios. Acceso: 1h 30m (coche desde Orosei), 30m (desde el único coche
necesario) / Descenso: de 4h 30m a 5h según grupo / Retorno: 1h
Bibliografía. - Corrado Conca.: “Guida al Torrentismo in Sardegna”. Edizioni
Soluzioni Grafiche. 1993. (13€)
- Corrado Conca, Paolo Madonia, Diego Leonardi.: “Canyoning nel
Mediterraneo. Sardegna, Sicilia, Corsica”. Ed. Segnavia.
Sassari. Italia. 2002. (13€)
- Hubert Ayasse, Philippe Dubreuil.: “CORSE paradis du canyoning.
40 descentes à dècouvrir”. ISBN 291179750-7. DCL Editions. 2001.
(25 €)
- Michelin. Ediciones de Viaje. “Mapa de carreteras de Sardegna
(Cerdeña)”. nº 566. 2000.
- Studio Abies. “Carta turistico-escursionista di Urzulei“. 2001. (6,20€)
Dificultad. Grado 3
ATENCIÓN. Todos los cañones sufren modificaciones constantes, tanto por causas naturales (crecidas, desprendimientos, etc.), como por artificiales (modificación de instalaciones). Verificar siempre la situación, el caudal y las distintas dificultades de los cañones.
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