En demasiadas ocasiones nos encontramos vertederos en zonas bastante inaccesibles en los márgenes de ríos y barrancos. La idea de que el agua, nuestros ríos, toda la mierda se lleva, ha campado a sus anchas desde tiempos inmemoriales. Lavadoras, cocinas, neumáticos, botellines de cerveza, medicamentos, etc., etc., etc. se amontonan en estos enclaves demasiado habituales en nuestro paisaje natural. El quitar la basura de la vista no evita que siga ahí. Y estos arroyos en la mayor parte de los casos, únicamente se lleva la chatarra y basura unos cuantos metros río abajo. En otros, a sus desembocaduras y al mar. Así tenemos este último lleno de plásticos y otros desechos, a los que vemos últimamente tb. se están uniendo mascarillas, guantes, etc.
Desde estas líneas, nos gustaría remitir un mensaje, a todas esas personas que abandonan o se deshacen de su basura en tales circunstancias. Soy consciente que posiblemente no consigamos convenceros de que abandonéis esta práctica, que sería lo deseable pero, por favor, al menos abandonad vuestra basura en lugares alejados de los ríos y barrancos, en zonas de fácil acceso, que no requieran de tirolinas, contrapesos y demás instalaciones, junto con mucho trabajo y porteos, para su retirada.
En esos lugares en algunas ocasiones se acumulan, entre otros objetos, ventanas de madera, en este caso de dimensiones 58x54 cms, bastante golpeadas y, como es lógico, con los cristales destrozados. Mil gracias a la persona que me las proporcionó. Posiblemente de alguna antigua casa, muestran un buen número de décadas sobre sus espaldas. También observamos en ellas el paso del tiempo en la forma de varias capas de pintura de distintos colores. En otros casos las encontramos con carcoma, grandes desperfectos, … y de paso que se retiran estos elementos del entorno natural, tenemos la posibilidad de darles una segunda vida. Estas ventanas tienen su historia y no se merecen perderse.
En un primer momento nos vemos obligados a una buena dosis de limpieza. Retiramos sus elementos metálicos, normalmente de latón, y tornillos. Luego, de ser necesario, un primer tratamiento contra la carcoma, para pasar al proceso de decapado de, en muchas ocasiones, sus varias capas de pintura. Para esta última tarea hay infinidad de posibilidades. En algunas ocasiones hemos decapado distintos elementos de madera utilizando ácido oxálico, aunque hemos abandonado esta práctica por un método más manual. En concreto, directamente tirando de pistola de calor y rasqueta. Lleva su tiempo, si se quiere hacer con detalle, pero es menos agresivo con la madera. Finalizado el decapado, llega el momento del lijado de las ventanas, en parte con lijadora automática, en parte a mano, según los detalles de las distintas partes de la ventana.
En este punto tenemos una pieza con un buen aspecto. También disfrutamos del veteado de la madera, en algunas ocasiones todo un espectáculo. Es el momento de, dremel en mano, producir dos hendiduras, sobre las que se atornillarán unas pequeñas placas a ras de ventana, por la parte trasera, para poder colgar el montaje resultante. Y entramos en una de las partes estéticas, el barnizado de la pieza, brillo, mate o satinado, tonalidad, aquí las combinaciones son, no infinitas, pero casi.
Ahora abandonamos la pieza para centrarnos en la búsqueda de fotografías, u otros elementos, para la composición. También deberemos seleccionar el paspartú de montaje. En nuestro caso solemos utilizar cartones u otros elementos similares. También tenemos por delante el cortado de los cristales oportunos. Normalmente tratamos de reutilizar cristales de vertederos y, o, abandonados en contenedores, como un paso más del proceso de reciclado. Por desgracia, los cristales originales de las ventanas han desaparecido y, o, están en trozos.
Casi hemos terminado, sólo queda montar las fotografías sobre los paspartús y ubicarlos sobre los cristales, previamente desinfectados y bien limpios. Algún trozo de cartón extra por la parte trasera, para dar consistencia, algo de cinta adhesiva, y a por el taladro. El resto, lo de siempre, decidir si spit, parabolts o químicos, punto ideal de colocación de las cabeceras, etc., etc.
En las fotografías adjuntas, algunas de las ventanas en estado original, así como dos montajes finales, uno vinculado al mundo de los barrancos y, el otro, al del tenis de mesa (no todo van a ser cuevas y barrancos en nuestras paredes). Aquí cada cual a su gusto.
Y de paso, si alguien gusta de practicar esta modalidad de reciclado, en la búsqueda de estos elementos, no dudes en sacar del lugar otra mucha basura. Tengo constancia y he oído hablar de un grupo de locos maravillosos, que se hace llamar Grupo Recoge Mierda (GRM) formado, en parte, por antiguos miembros del extinto Grupo de Espeleosocorro Gallego (GEG) que, de la mano del gran Leónidas, y la temeraria IP, han cambiado la camilla, por los sacos de basura. Ahora las tirolinas no mueven camillas, mueven lavadoras, cocinas, frigoríficos y demás mierda.
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